Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1195
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1195:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
La idea de casarse había surgido en un momento en el que todo parecía perfecto. Freya acarició suavemente el cabello de su hermana. Jarrett era un novio maravilloso, pero el matrimonio era un mundo completamente diferente. Lo único que ella quería era que ambos dieran el paso porque realmente lo deseaban, no porque el momento fuera dulce.
Durante los días siguientes, Freya mantuvo las distancias con Ellis. No había ninguna razón real que la llevara a hacerlo, salvo que había eludido la conversación al terminar la última llamada.
Una tarde, justo cuando Freya se disponía a salir del trabajo, sonó su teléfono.
Se oyó la voz de Kendra. «Freya, hay algo de lo que me gustaría hablar».
«Por supuesto. ¿Qué te preocupa?».
Kendra dudó, buscando las palabras adecuadas. Hablar sin rodeos podría poner a Freya en una situación incómoda, y ella lo sabía.
Al darse cuenta de la vacilación, Freya decidió ir directamente al grano. «¿Esperabas pasar unos días en mi casa?».
«¿Te importaría?».
«Me encantaría».
«¿En serio?». El entusiasmo de Kendra era contagioso, como el de una niña a la que le dan un regalo. «Por supuesto». Si su propia madre aún estuviera viva, Freya imaginaba que estaría igual de entusiasmada. Ese pensamiento le provocó una punzada de dolor.
La última conversación con Ellis se le había quedado grabada en la mente. Se dio cuenta de que el afecto de Hugh por Anita no era solo rutina. Era genuino. Incluso Anita tenía momentos de alegría juvenil cuando estaba con él, y nadie podía fingir eso durante mucho tiempo si solo fuera por costumbre.
«¿Cuándo quieres venir? Puedo ir a recogerte en coche», se ofreció Freya, sacudiéndose sus reflexiones.
—No es necesario —dijo Kendra, sin querer que Freya se tomara esa molestia—. Le diré a Ellis que me traiga.
Historias completas solo en ɴσνєℓα𝓼4ƒ𝒶𝓷.𝓬𝓸𝓂 antes que nadie
Freya se quedó en silencio durante un segundo.
—No me importa que vengas aquí —se oyó una nueva voz, suave y relajada. Ellis había cogido el teléfono—. Te estaremos esperando.
—No le hagas caso. Solo está bromeando.
—En absoluto.
Kendra le regañó en tono juguetón y luego le aseguró a Freya que no tenía que preocuparse por el viaje.
Una vez terminada la llamada, Freya soltó un suspiro de cansancio y se frotó la frente. La conversación había dejado claro que le esperaba un buen rato. El tono de Ellis le decía que no había olvidado lo que había pasado antes.
Después de recomponerse, cogió las llaves del coche y se dirigió a la villa que compartía con Ellis.
Eran más de las tres cuando Ellis apareció con Kendra. En cuanto Kendra salió del coche, saludó a Freya con calidez y entusiasmo. A Freya normalmente le costaba sentirse cómoda con la gente, pero la vivaz presencia de Kendra la hizo sentir a gusto. La conversación fluyó con facilidad y las dos disfrutaron de la compañía de la otra desde el principio.
«Freya, quiero pasar unos días a solas contigo», dijo Kendra después de una conversación trivial, yendo directamente al grano. Su genuina curiosidad era evidente: realmente quería saber todos los detalles de la infancia de Freya. «¿Echamos a Ellis un rato?».
.
.
.