El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1438
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Capítulo 1438:
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Se despidió de Corrine, saludó con la cabeza a Jacob y se dirigió hacia un elegante vehículo de empresa que esperaba en el aparcamiento.
Corrine se quedó inmóvil durante unos segundos, con la mirada fija en sus espaldas mientras desaparecían al otro lado del aparcamiento. Solo cuando se hubieron ido, arrancó el motor.
Pero las palabras de Jonathan resonaban en su mente: «No todas las madres del mundo dan la bienvenida al nacimiento de sus hijos. Scarlette nunca lo hizo. Ha sentido un profundo y amargo odio hacia Nate durante toda su vida…».
Había intentado sacarse esa sensación de la cabeza desde que escuchó aquella llamada telefónica. Ahora sabía que su instinto no la había engañado.
Por eso Nate siempre había sido tan distante.
¿Cómo podía alguien que había crecido sin el afecto de su familia aprender a mostrarlo?
Evelyn lo había insinuado una vez, pero Corrine no se había dado cuenta de lo profunda que era la herida. La vida de Nate había sido más dura de lo que ella imaginaba. No había ni un alma en la familia Hopkins que se preocupara realmente por él. Pero ella sí.
Scarlette podía despreciar a Nate todo lo que quisiera, Corrine no se lo impediría.
Pero si esa mujer intentaba hacerle daño…
Corrine se aseguraría de mantenerlo a salvo porque era su hombre.
El pensamiento se le apretó en el pecho mientras pisaba con fuerza el acelerador y el motor rugía al liberarse su ira.
Cuando regresó a Celtis Estate, Nate ya estaba en casa.
Se movió sin hacer ruido, luego saltó hacia delante y se abrazó a él por la espalda.
Una suave sonrisa se dibujó en los labios de Nate. Su mano encontró la de ella con facilidad.
—¿Has comido algo?
Con la cabeza apoyada en su hombro, ella murmuró un «sí» en voz baja.
Pero Nate notó que algo pasaba.
Giró ligeramente y le dio un beso en la sien. —¿Qué te ha molestado?
—Nadie. —Corrine lo soltó con un suspiro y se tumbó en el sofá.
Enroscó un mechón de pelo alrededor de su dedo y luego lo miró con una chispa pícara. —¿Puedo pedirle un pequeño favor a mi brillante prometido?
Una leve risa se agitó en la garganta de Nate. La dureza de su expresión se suavizó y su voz se llenó de cariño. —Si me lo pides, ¿cómo podría negarme?
Ella se incorporó y le explicó el estado de Kinsley: la bala, los riesgos que entrañaba. —Los hospitales de aquí no pueden extraer la bala sin ponerla en peligro, así que estaba pensando… ¿quizás la familia Burton del Continente Independiente podría ayudar?
La familia Burton, arraigada en el Continente Independiente, había mantenido un legado de experiencia médica durante generaciones, ganándose una reputación como dinastía en ese campo.
Además, la infraestructura sanitaria del Continente Independiente superaba con creces la disponible en su país.
Por eso, Corrine empezó a preguntarse si los Burton podrían tener la solución.
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