El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1430
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1430:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Aun así, conseguir un matrimonio con una hija de la familia Astley superaba con creces las expectativas iniciales de Carl.
Dada su elevada posición, la familia Ford solo podía responder con humildad, ofreciendo a la hija de los Astley una vida cómoda y un respeto inquebrantable. Más allá de eso, todo dependía del comportamiento de Jules.
Jules, con expresión impenetrable, hacía girar una pieza de ajedrez entre sus dedos, con la mirada fija en el tablero. «Es solo un trámite. Haré lo que ella quiera».
Las palabras eran sencillas, incluso indiferentes, pero para Rachel fueron como una bofetada.
Se puso pálida y una sombra se deslizó en sus ojos.
Corrine, al percibir la actitud distante de Jules, se dio cuenta de los muchos retos que les esperaban a él y a Rachel.
—Abuelo —la voz de Corrine atravesó suavemente la habitación. Todas las cabezas se volvieron hacia ella a la vez.
Un coro de cálidas sonrisas la recibió.
Carl sonrió y le hizo señas para que se acercara. —Ven aquí. A ver si has adelgazado con el viaje.
Jayden y Chelsea terminaron sus llamadas y también se acercaron. —Corrine, ¿cuándo has vuelto? ¿Por qué no le has dicho a Jules que te recogiera?
Corrine respondió: —Supuse que Rachel y Jules estaban pasando tiempo juntos, así que preferí no interrumpirles.
Mientras hablaba, tomó a Rachel de la mano y añadió: «Nos quedamos un rato fuera, así que no le dije a Leland que anunciara mi llegada».
Su explicación ayudó a aliviar la incomodidad de Rachel. Aunque estaba a punto de convertirse en la esposa de Jules, Rachel aún era inexperta en el amor. Al no tener ninguna conexión previa con la familia Ford, no podía evitar sentirse como una extraña en medio de su cálida y bulliciosa energía.
El sencillo gesto de Corrine, al cogerle la mano, la hizo sentir incluida.
Rachel había observado en secreto a la familia Ford.
Sabía que toda la familia sentía un profundo afecto por Corrine, que llevaba un apellido diferente. Al principio, Rachel había esperado que alguien criado con tantos privilegios fuera prepotente y difícil. Pero después de conocer a Corrine en varias ocasiones, se dio cuenta de que Corrine carecía de los aires y la vanidad habituales asociados a la riqueza. La sinceridad y sencillez de Corrine hicieron que Rachel se sintiera inesperadamente pequeña en comparación.
Cuando Corrine se dirigió a Rachel con tanta naturalidad delante de todos, una mirada de sorpresa se dibujó en sus rostros y, por un instante, la expresión serena de Jules se quebró.
Antes, había preocupación por que Corrine y Rachel pudieran chocar, pero ahora parecía que esos temores eran infundados e innecesarios.
En realidad, mientras Rachel mantuviera una buena relación con Corrine, Jules siempre tendría en cuenta sus sentimientos.
Jules se sentó inmóvil, jugando con una pieza de ajedrez, con la mirada fija en el tablero que tenía delante.
Incluso sin su uniforme militar, seguía irradiando la presencia imponente de un soldado.
.
.
.