El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1424
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Capítulo 1424:
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Corrine se sorprendió. ¿Le había frenado su conciencia?
Media hora más tarde, Corrine llegó a la sede del Grupo Ford. Las noticias de la cumbre del sector se habían extendido como la pólvora por toda la empresa, sin dejar a nadie sin enterarse.
Todos los periodistas habían capturado con sus cámaras la detención policial de Corrine, asegurándose de que la difícil situación del Grupo Ford se hiciera pública.
Cuando Corrine se acercó al ascensor, las puertas se abrieron y apareció Marcia con una caja con sus pertenencias. Sus miradas se cruzaron y el rostro de Marcia se sonrojó con una mezcla de vergüenza y desafío. Se mordió ligeramente el labio, apretando los dedos alrededor de los bordes del cartón y bajando la mirada para evitar la mirada inquisitiva de Corrine.
A pesar de su resentimiento por la humillación pública y el despido, Marcia se quedó sin palabras en presencia de Corrine, abrumada por el peso de su propia culpa.
Corrine siempre había vivido según un principio: la confianza rota no merecía segundas oportunidades. No sentía ningún remordimiento por el destino de Marcia.
Al cruzarse, Natasha, que seguía a Corrine, le preguntó fríamente: «¿Te arrepientes de haber sacrificado tu carrera por diez millones?».
El escándalo de Marcia había mancillado irremediablemente su reputación, asegurando que ninguna empresa importante de Lyhaton volvería a contratarla. Por solo diez millones, había vendido todo su futuro.
Al notar el silencio de Marcia, Natasha añadió con gélida calma: «Cualquiera que esté en la lista negra del Grupo Ford se queda sin trabajo en Lyhaton, a menos que una empresa quiera declararnos la guerra».
Marcia finalmente estalló. —Admito mi desgracia, pero ¿tienes que destruirme por completo? ¡Todo el mundo sabe que Emily traicionó a su antiguo jefe para unirse al Grupo Ford! Si ella ascendió gracias a la traición, ¿por qué no puedo hacerlo yo? —La confesión le quitó un peso del corazón y le proporcionó un alivio inesperado.
Exhalando profundamente, Marcia le dedicó una sonrisa amarga a Natasha. —¡No todo el mundo es como tú, aspirando a ser la fiel sirvienta de Corrine! Llámame despiadada o desagradecida, lo acepto todo, ¡pero mantengo mis acciones! Estás decidida a borrarme por completo. ¿No temes al karma?».
Ante estas palabras, Corrine, que había estado ignorando a Marcia, finalmente reaccionó. Se volvió hacia Marcia con una compostura glacial y dijo: «Como empleada de la empresa, tu connivencia con…».
«… con personas ajenas a la empresa para filtrar nuestros secretos más importantes constituye una violación de la confidencialidad comercial. Si llevara este asunto por la vía legal, supondría el fin de su carrera».
«Yo…». Marcia se quedó pálida y el pánico se reflejó en sus ojos, mientras su actitud desafiante se evaporaba como el rocío de la mañana.
Tambaleándose, dio un pequeño paso hacia atrás. Apretó los dedos contra la caja de cartón hasta que los nudillos se le pusieron blancos.
«Marcia, has arruinado tu propio futuro. Es todo culpa tuya», comentó Natasha con convicción inquebrantable. «Cada vida humana tiene un valor incalculable, pero tú has vendido la tuya por unos simples millones. Las consecuencias a las que te enfrentas ahora son exclusivamente culpa tuya».
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