Deja que te lleve el corazón - Capítulo 305
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 305:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Recordaba vagamente haber bebido unas copas de vino tinto. ¿Cómo se había vuelto tan borrosa el resto de la noche?
En ese momento, las pestañas de Waylon temblaron y Gracie cerró los ojos con fuerza, fingiendo seguir dormida.
Se maldijo por no haber movido la pierna antes, cuando había tenido la oportunidad. Ahora estaba atrapada y no podía negarlo.
—Sé que estás despierta —dijo Waylon, con un tono difícil de interpretar.
Sin otra opción, Gracie soltó un pequeño bostezo, fingiendo que acababa de despertarse.
—Buenos días, Waylon —dijo con naturalidad, tratando de apartar la pierna de su cintura sin hacer ruido. Pero antes de que pudiera hacerlo, él le agarró la pierna con fuerza, impidiéndole moverse.
Gracie notó algo duro presionándole el estómago. Cuando se dio cuenta de lo que era, se sonrojó profundamente.
¿Waylon se había excitado por ella?
—Waylon… Yo… No quería seducirte, te lo juro», tartamudeó Gracie, con voz temblorosa e insegura.
Aunque ya habían tenido relaciones íntimas anteriormente, ella seguía sin poder quitarse de encima el nerviosismo que la invadía cada vez que estaba cerca de él.
Su mano, que descansaba ligeramente sobre el muslo de ella, estaba un poco húmeda por el sudor.
Waylon la miró fijamente a los ojos y dijo: «¿No te bastó con seducirme anoche?».
Gracie se retorció bajo su intensa mirada, sintiendo una punzada de incomodidad.
¿Había hecho algo descabellado la noche anterior?
¿Ya leíste esto? Solo en ɴσνєʟα𝓼4ƒα𝓷.c○𝗺 antes que nadie
—Waylon, no recuerdo nada de anoche —admitió, con un hilo de voz.
—¿Necesitas que te ayude a recordar? —murmuró Waylon, rozando los labios de Gracie con los suyos. Su voz tenía un tono sensual que le provocó un escalofrío.
Gracie sintió un cosquilleo en la oreja y rápidamente apartó la cabeza.
—No, no hace falta, Waylon. Deberíamos levantarnos —dijo, tratando de sonar firme.
Intentó incorporarse, pero él la sujetó por la pierna y la mantuvo en su sitio.
—A partir de ahora, solo podrás beber cuando yo esté presente —dijo Waylon, en un tono que no admitía réplica.
«¿Por qué?», espetó Gracie instintivamente, con la curiosidad brillando en sus ojos.
Waylon no respondió. Su mirada permaneció fija en ella, firme e intensa.
Un golpe repentino en la puerta hizo que Gracie diera un respingo. Rápidamente agarró la colcha y se cubrió con ella.
La voz de Kaylee se oyó al otro lado de la puerta.
.
.
.