Yo soy tuya y tú eres mío - Capítulo 1686
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Capítulo 1686: Final Alternativo 5/10
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El viaje que Nicole y Jarrod planificaron con Austin llegó más rápido de lo que esperaban. Después de semanas de terapia y de trabajo constante en su relación, ambos estaban listos para tomarse un descanso de todo y concentrarse en lo que realmente importaba: su familia. El destino elegido fue una tranquila casa de campo a las afueras de la ciudad, un lugar apartado de las distracciones de su vida diaria, donde pudieran reconectar.
El aire fresco y el paisaje verde eran un cambio bienvenido para los tres. Austin, entusiasmado con la idea de estar en la naturaleza, correteaba por el campo mientras Nicole y Jarrod lo observaban desde el porche de la casa. Jarrod tomó la mano de Nicole, un gesto simple pero lleno de significado. Los días de silencio incómodo y distanciamiento parecían haber quedado atrás, al menos por ahora.
«Es bonito aquí», dijo Nicole, mirando a lo lejos. «Creo que necesitábamos esto.»
Jarrod asintió, apretando suavemente su mano. «Sí, lo necesitábamos. Es fácil olvidar lo importante cuando estamos atrapados en la rutina.»
Nicole lo miró y vio algo en él que no había visto en mucho tiempo: serenidad. Jarrod, siempre tan centrado en el trabajo y en su éxito, parecía más relajado, más presente. Era un alivio para Nicole, quien durante tanto tiempo había sentido que lo estaba perdiendo, no solo como esposo, sino también como persona.
Los días en la casa de campo se llenaron de risas y momentos tranquilos. Austin descubría el mundo a su alrededor con la curiosidad inocente de un niño, mientras sus padres lo observaban, reconociendo en él un símbolo de lo que aún tenían en común. Nicole y Jarrod encontraron consuelo en las pequeñas cosas: preparar comidas juntos, caminar por los senderos del bosque, contarle historias a su hijo antes de dormir. Eran esos pequeños momentos los que les recordaban que, a pesar de todo, aún quedaba algo por lo que luchar.
Una noche, mientras Austin dormía profundamente en su habitación, Nicole y Jarrod se sentaron alrededor de una fogata en el jardín. Las estrellas brillaban intensamente en el cielo despejado, y el crepitar del fuego rompía el silencio cómodo que habían compartido.
«Estaba pensando en lo que hemos pasado», comenzó Nicole, su voz tranquila. «En lo lejos que hemos llegado, y en lo mucho que nos hemos perdido el uno al otro.»
Jarrod asintió, sin apartar la vista del fuego. «Sí, hemos pasado por mucho. Pero creo que, en cierto modo, todo esto nos ha hecho más fuertes.»
Nicole sonrió ligeramente. «Quizás tengas razón. A veces pienso en lo fácil que sería rendirse, pero luego veo a Austin… y pienso en todo lo que significa para nosotros.»
«Él es lo que nos mantiene unidos», dijo Jarrod con suavidad. «Siempre lo ha sido.»
Nicole guardó silencio por un momento, asimilando sus palabras. Era cierto. A pesar de todas sus diferencias y los problemas que habían enfrentado, Austin era su ancla, el motivo por el que seguían intentándolo. Pero ahora, con todo lo que habían trabajado, Nicole se daba cuenta de que también estaban redescubriéndose como pareja, más allá de ser padres.
«Pero no quiero que solo sea por él», dijo finalmente, volviendo la mirada hacia Jarrod. «Quiero que también sea por nosotros. Quiero que encontremos la manera de estar juntos porque lo deseamos, no solo porque sentimos que debemos hacerlo por Austin.»
Jarrod la miró, y en sus ojos, Nicole vio una sinceridad que la conmovió. «Tienes razón», dijo. «Austin es importante, claro, pero quiero que esto funcione por nosotros. Quiero recuperar lo que teníamos, y creo que podemos hacerlo.»
Nicole sintió una ola de emoción al escuchar esas palabras. Durante tanto tiempo había temido que Jarrod se hubiera desconectado emocionalmente de ella, pero ahora, sentía que lo tenía de vuelta, de una manera que no había sentido en años.
Se inclinó hacia él, tomando su rostro entre sus manos. «Yo también quiero eso», susurró. «Más que nada.»
Jarrod cerró los ojos mientras la besaba con una suavidad que le recordó los primeros días de su relación, cuando todo era nuevo y emocionante. El beso fue largo y lleno de promesas no dichas, una señal de que, aunque aún tenían mucho trabajo por delante, estaban dispuestos a hacer lo necesario para volver a encontrarse el uno al otro.
El resto de la noche transcurrió en silencio, pero no era el silencio incómodo de antes. Era un silencio lleno de paz, de comprensión, de una conexión renovada. Sentados bajo las estrellas, con el crepitar del fuego a su lado, Nicole y Jarrod se sintieron más cerca que nunca.
…
Los últimos días del viaje pasaron sin incidentes, pero llenos de pequeños momentos de felicidad. Al regresar a la ciudad, ambos sabían que no todo estaba resuelto. Todavía tendrían que enfrentar la realidad de sus vidas, de sus trabajos, y de las tensiones que antes los habían separado. Pero ahora, sentían que lo hacían con una nueva perspectiva.
De vuelta en casa, la rutina se reanudó, pero algo era diferente. Habían aprendido a comunicarse mejor, a escuchar sin juzgar, y a priorizar su relación de una manera que no lo habían hecho antes. Jarrod comenzó a pasar más tiempo en casa, y Nicole, por su parte, dejó de sentirse tan sola.
Una tarde, mientras recogían a Austin de la escuela, Nicole lo observó correr hacia ellos, sus ojos brillando de emoción. Jarrod, a su lado, lo levantó en brazos con una sonrisa que hacía mucho no veía en él. Era en esos momentos, esos pequeños destellos de felicidad, donde Nicole sabía que había valido la pena luchar.
Todavía tenían un largo camino por delante, pero estaban dispuestos a recorrerlo juntos.
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