Yo soy tuya y tú eres mío - Capítulo 1492
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Capítulo 1492:
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Los empleados se callaron, absteniéndose de pronunciar palabra por precaución. Dados los beneficios superiores del Grupo Schultz dentro del sector, asegurarse una posición encomiable en este clima económico suponía un reto formidable.
En circunstancias normales, Alec se habría ocupado de las personas que albergaban agendas ocultas, pero sus actuales limitaciones de tiempo exigían toda su atención en el asunto de la familia Hampton.
Alec entró en el despacho de Jarrod y lo encontró absorto en su trabajo, con semblante grave y concentrado.
«Señor, Wayne ha sido despachado, pero su persistencia sigue siendo formidable. Además, los rumores que circulan proceden de la familia Hampton», informó Alec.
«De acuerdo», respondió Jarrod sin desviar la mirada de la pantalla del ordenador.
Alec se quedó pensativo, indeciso entre expresar sus pensamientos o permanecer en silencio.
Incapaz de reprimir por más tiempo su curiosidad, Alec se aventuró: «¿Dejamos simplemente que proliferen los rumores?».
«¿Has ideado entonces una estrategia superior?». Jarrod enarcó una ceja.
«¡No están difundiendo información veraz! Esto empaña la reputación de nuestra empresa, y está erosionando la confianza de nuestros empleados…» se lamentó Alec.
«Esto representa una oportunidad», afirmó Jarrod con calma.
Perplejo, Alec preguntó: «¿Qué quieres decir?».
La mirada de Jarrod se desvió del monitor mientras sus finos dedos golpeaban rítmicamente el escritorio. «Podemos aprovechar este momento para depurar nuestras filas internas, eliminando cualquier vínculo con la familia Hampton».
Alec comprendió de repente. A lo largo del tiempo, las familias Schultz y Hampton habían colaborado en numerosos proyectos, lo que planteaba la posibilidad de que ciertos empleados hubieran aceptado sobornos clandestinos de la familia Hampton o se hubieran confabulado con ellos.
Esto presentaba la oportunidad ideal para destituir a todos los empleados relacionados con la familia Hampton. Se trataba de una tarea importante.
«¿Y cuál es el plan con respecto a la familia Hampton?». Alec preguntó.
«Han desaprovechado su oportunidad, al no haber sabido aprovecharla». El semblante de Jarrod desprendía una actitud gélida e inflexible. «Dado que éste es el caso, me ocuparé en primer lugar de nuestros asuntos internos. Después, no habrá necesidad de tener en cuenta otras consideraciones».
«Entendido, señor. Usted está al mando», afirmó Alec, con la confianza reforzada. Las palabras de Jarrod calmaron sus preocupaciones. Alec tenía a Jarrod en alta estima. Al fin y al cabo, en todos los años que llevaba siguiendo a Jarrod, nunca había visto un paso en falso. Aunque los asuntos emocionales no fueran el fuerte de Jarrod, éste siempre tomaba decisiones empresariales astutas.
«Oh, señor, hay una cosa más …» Alec vaciló, reacio a partir.
«¿Qué es?» inquirió Jarrod.
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