Yo soy el Alfa Dominante: Me perteneces - Capítulo 146
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 146:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
A medida que avanzaba la noche, regresé al recinto, sintiendo cómo el peso de lo desconocido se apoderaba de mí, una silenciosa advertencia de que esta paz era solo temporal, un momento frágil antes de la tormenta. Pero al mirar a mi alrededor a la manada, a los lobos que habían luchado y sangrado a mi lado, que habían confiado en mí a pesar de todo, supe que estábamos preparados.
No importaba lo que viniera después, no importaban las amenazas que nos acecharan, la Manada Garra resistiría. Permaneceríamos unidos, una familia unida por la lealtad, por el amor, por un legado que iba más allá de la sangre o el territorio. Y mientras me tumbaba a descansar, una tranquila certeza me invadió: la promesa de que protegería a esta manada, a esta familia, con todo lo que tenía.
Porque este era mi hogar, mi propósito, y lucharía por él hasta mi último aliento.
POV: Elara
Las estaciones habían completado un círculo, marcando un año desde la batalla final que lo había cambiado todo para la manada Garra. La tierra, una vez marcada por el conflicto, se había curado, y la vida dentro del recinto se había asentado en un ritmo que se sentía familiar y nuevo. La manada Garra se había transformado, había crecido más allá de sus fronteras, convirtiéndose en un faro de fuerza y unidad, un lugar donde lobos de diferentes manadas y orígenes encontraban un propósito y una familia.
En las semanas previas a este día, nos habíamos preparado para una celebración, una oportunidad para honrar todo lo que habíamos construido juntos, el legado al que cada lobo había contribuido. Lobos de Ashfire, Cedar Hollow y otras manadas vecinas viajaron para unirse a nosotros, llenando el recinto de alegría, expectación y orgullo.
La mañana era luminosa, el aire fresco mientras los lobos se reunían en el claro, sus voces llenaban el espacio de risas y conversaciones. Los cachorros se perseguían entre la hierba, los mayores compartían historias bajo la sombra de los árboles y los guerreros se saludaban con respeto y camaradería. Era un día de unidad, un día para celebrar los lazos que habíamos forjado, la confianza que había crecido a través de pruebas y triunfos.
A medida que el sol se elevaba, me paré en una cornisa de piedra con vistas al claro, con Dante a mi lado y los líderes de Ashfire, Cedar Hollow y otras manadas aliadas reunidos cerca. Sentí una oleada de orgullo y gratitud al contemplar a los lobos reunidos, una reunión que simbolizaba la fuerza de nuestra alianza, la unidad que nos había llevado a superar los momentos más oscuros.
Alzando la voz, me dirigí a la multitud, y mis palabras se escucharon en todo el claro.
«Hoy celebramos algo más que la supervivencia. Celebramos la familia en la que nos hemos convertido, los lazos que nos unen, el legado que hemos construido. La manada Garra ya no es solo una manada, es un hogar, un lugar al que pertenece cada lobo, donde cada voz importa».
Los lobos respondieron con una ovación, sus voces se alzaron en un coro que resonó en el bosque, llenando el aire de una alegría y unidad que se sentía casi tangible. Miré a mi alrededor, encontrándome con los ojos de cada líder que estaba conmigo, lobos que una vez habían sido rivales cautelosos pero que se habían convertido en aliados, amigos, familia.
Mara, la líder de Cedar Hollow, dio un paso adelante, con una expresión llena de orgullo.
«Manada Garra, Ashfire, Cedar Hollow… estamos unidos, más fuertes que nunca. Esta unidad que hemos creado es un testimonio de la valentía y la resistencia de cada lobo aquí presente. Hemos demostrado que juntos, no hay nada que no podamos afrontar».
Osric de Ashfire le siguió, con voz firme y segura.
«A través de las dificultades y los sacrificios, nos hemos convertido en algo más que manadas separadas por el territorio. Somos una coalición de lobos unidos por la lealtad, por la confianza. Y hoy honramos ese vínculo, sabiendo que nos llevará hacia adelante, a cualquier desafío que se nos presente».
Dante puso una mano en mi hombro, con la mirada llena de calidez mientras miraba a la multitud.
«Este legado es más que nuestra historia: es la historia de cada lobo que ha luchado, que ha creído en un futuro construido sobre la lealtad y el amor. Hemos creado algo que perdurará, algo que inspirará a los que vengan después de nosotros».
Miré a mi alrededor, a los rostros reunidos ante mí: lobos que se habían convertido en parte de mi familia, que habían elegido estar a mi lado y hacer realidad este sueño. Mi corazón se llenó de orgullo, de gratitud, y supe que nuestro viaje, nuestra lucha, había valido la pena.
«¡Por la manada Garra!», grité con convicción.
.
.
.