Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 997
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Capítulo 997:
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Al poco tiempo, llegó el turno de Dunn de hablar en el escenario. El profesor, que le tenía mucho cariño, le había dado todas las oportunidades para brillar.
Pero justo cuando Dunn se preparaba para levantarse, sonó su teléfono.
Respondió: «Dime despacio. ¿Qué le ha pasado a tu hermana?». Lynda lo observó y notó cómo se le contraía el rostro por la sorpresa.
Nunca había visto a Dunn tan nervioso. Algo al otro lado de la línea lo había conmocionado.
Lo oyó decir: «Ahora mismo voy».
Cuando se levantó, el corazón de Lynda se aceleró. «Dunn, ¿adónde vas? ¡Ya casi es tu turno de hablar!».
Dunn se volvió rápidamente hacia ella, con la voz tensa. «Tengo una emergencia. Por favor, avísale al profesor».
Lynda frunció el ceño, con expresión de desconcierto. —¿Qué puede ser más importante que hoy? El profesor movió muchos hilos para darte esta oportunidad. Si te vas ahora, no solo le decepcionarás a él, sino que decepcionarás a mucha gente.
Dunn respiró hondo y su expresión se endureció. —Lo siento, Lynda, pero no tengo tiempo para esto.
—¡Dunn! —La voz de Lynda resonó, aguda y fuerte, haciendo que varias cabezas a su alrededor se volvieran con desaprobación.
Exhaló lentamente, tratando de calmarse—. ¿Puedo sustituirte?
Sabía que si no encontraban un sustituto, Dunn se enfrentaría a la ira del profesor.
Dunn, comprendiendo que Lynda se ofrecía a ayudarlo, asintió. —Gracias. —Luego, salió apresuradamente del lugar.
Lynda se acercó al profesor y le explicó la situación lo mejor que pudo. El rostro del profesor estaba tenso por la frustración, pero la improvisada actuación de Lynda fue impresionante. Al final, recibió un aplauso.
—Profesor, a Dunn le ha surgido un asunto urgente. Promete que se lo explicará todo en cuanto lo haya solucionado.
El profesor hizo un gesto con la mano. —No te preocupes. Menos mal que te traje hoy. Has hecho un trabajo excelente. —Le dio una palmada en el hombro a Lynda para animarla—. Dunn y tú tenéis que apoyaros mutuamente en el futuro. Juntos, ayudaréis a mejorar la industria farmacéutica de nuestro país.
Lynda sintió una extraña sensación de calor en el pecho al pensar en formar equipo con Dunn. «Sí, lo entiendo».
Hablando de Dunn, el rostro del profesor se suavizó con admiración. «Es un joven prometedor, con ambición y visión de futuro. Algún día, serás su aliada más fiel».
Lynda asintió con voz firme. «Lo sé. Sus ideales son los mismos que los míos».
Una vez que terminó el evento, llamó rápidamente a Dunn. «Hablé con el profesor en tu nombre. Cuando termines con tus asuntos, deberías llamarlo y disculparte personalmente».
«Gracias». La voz de Dunn sonaba distante, con el rugido del motor de fondo mientras aceleraba por la carretera.
«Dunn, ¿le pasó algo a tu novia?», preguntó Lynda, con tono vacilante.
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