Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 989
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Capítulo 989:
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Aurora pensó en una frase de una canción. «Lo más romántico que se me ocurre es envejecer contigo».
«¡No quiero envejecer!», protestó ella.
Dunn se rió suavemente. Echó un vistazo a la hora en su teléfono y dijo: «Hablemos solo dos minutos más. Te prometo que después me iré a dormir».
«¡Vale, de acuerdo!», sonrió Aurora, con el corazón alegre. Pero en cuanto se dio la vuelta, su sonrisa se congeló. Ryland estaba delante de ella.
Maldijo entre dientes.
Se había olvidado por completo de que había alguien viviendo al lado. ¿Habría oído todo lo que había dicho?
«Estoy perdida. Mi hermano me ha visto. Tengo que colgar. ¡Adiós!». Aurora colgó rápidamente, avergonzada. Ryland se quedó allí, igual de incómodo. No había querido espiar, solo quería recordarle que no llamara por teléfono en el balcón. Ahora parecía que había descubierto un secreto.
Un minuto después, Aurora irrumpió en la habitación de Ryland, con la cara roja de vergüenza. —Lo has oído todo, ¿verdad?
Ryland se echó hacia atrás, fingiendo que no le importaba. —No pasa nada. Todo el mundo ha tenido una relación.
Aurora tapó la boca de Ryland con la mano y lo empujó dentro. —No debes decir ni una palabra.
Ryland frunció el ceño y apartó la mano de ella. —¿Me tomas por un chivato?
Aurora se dio cuenta de que quizá había exagerado. Sus ojos brillantes se apagaron y una sombra de tristeza se reflejó en ellos.
—No pasa nada si lo sabes, pero tienes que guardarlo para ti. Molly y los demás ya lo saben. Pero bajo ninguna circunstancia pueden enterarse mamá y papá.
—¿Por qué no?
Aurora dudó, dividida entre la confianza y el miedo.
Permaneció en silencio y Ryland sintió que había entrado en territorio prohibido.
¿Quién era él para ella, en realidad?
—Dilo o no, a mí me da igual —murmuró él.
La expresión de Aurora se torció, como si estuviera a punto de llorar—. Es complicado. ¿Te vas a dormir?
Ryland soltó un suspiro exasperado, pero se acercó al sofá. —Está bien. Habla. Te escucho.
Entonces, ella le contó la amarga disputa entre las familias Miller y Finch. Ryland nunca había imaginado que él hubiera desaparecido de la casa de los Finch en aquel entonces.
—Dunn fue quien me sacó del fuego. Quería buscarte, pero cuando regresó, ya te habías ido.
Ryland permaneció en silencio. Ya había oído la versión de Wade: cómo las circunstancias desesperadas le habían obligado a recuperarlo por medios poco ortodoxos. Sin esas medidas drásticas, nunca habría vuelto con Wade.
—Suena como una historia aburrida —murmuró Ryland. Aun así, por el relato de Aurora, Dunn parecía un hombre estable y de confianza.
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