Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 984
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Capítulo 984:
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—Avísame si te falta algo. Haré que alguien te lo traiga enseguida.
Ryland echó un vistazo alrededor, recorriendo la habitación con la mirada. —No, nada. Solo necesito estar solo un rato.
—De acuerdo.
Joelle dudó, aún preocupada, pero vio que Ryland estaba luchando por adaptarse. Sintió una oleada de compasión por él.
—Ryland, pase lo que pase, estoy muy feliz de haberte encontrado. Bienvenido a casa.
Al salir, Joelle le dedicó una cálida sonrisa y cerró la puerta tras de sí.
Una vez solo, la expresión de Ryland se ensombreció aún más.
Se arrancó la gasa del cuello, con la frustración bullendo en su interior. Todo en ese lugar le irritaba.
El colchón bajo él le resultaba incómodo, con su perfección y esterilidad. Era demasiado blando, estaba demasiado cuidado, como la gente de allí. Protegidos, mimados, ingenuos y completamente ajenos a quién era él en realidad. Y sin embargo, le estaban organizando una fiesta, solo para satisfacer sus propias emociones.
Ryland se giró sobre sí mismo, con un pensamiento amargo cruzándole la mente. Wade nunca había dormido en algo así.
Pensó en su hogar, donde podía oír los sonidos de disparos de artillería lejanos cuando cerraba los ojos. A veces, había un silencio inquietante, solo interrumpido por el zumbido de las cigarras, el susurro del viento entre los árboles y el crepitar del fuego.
La humedad del pasado, los ríos cristalinos que serpenteaban por la tierra, las tranquilas conversaciones entre padre e hijo…
Todo parecía pertenecer a otra época.
Ryland había venido aquí y estaba viviendo la vida tranquila con la que Wade siempre había soñado.
Agarró la manta que tenía a su lado y se la puso sobre la cara, temblando mientras dejaba escapar un sollozo. —Papá…
Hacía años que tanta gente no se reunía alrededor de una mesa para cenar.
Adrian estaba sentado a la cabecita, mientras que Joelle se sentó junto a Ryland, asegurándose de servirle la comida.
Frente a ellos estaban Molly, Aurora y Lucas.
En cuanto se sentaron, Ryland miró a Lucas con ira, apuntándole con el tenedor en señal de desaprobación. —¿Por qué sigue aquí este sustituto?
Molly golpeó la mesa con el tenedor. —¿Nunca vas a parar? ¡Lucas lleva aquí mucho antes de que tú supieras siquiera de este lugar!
Aurora frunció el ceño y dijo con voz tensa: —Molly, no digas eso.
Pero ya era demasiado tarde. Ryland ya lo había oído.
Sonrió con sarcasmo y dijo en tono cortante: —Si yo hubiera estado aquí, él no habría tenido oportunidad.
Lucas no se inmutó y mantuvo una expresión tranquila. —Tienes razón. Es estupendo que por fin hayas vuelto. Espero de verdad que pronto encajes con nosotros.
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