Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 951
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Capítulo 951:
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«¡Claro!», aceptó Sariah sin dudarlo.
La sonrisa de Kalel se amplió. —Eres mucho mejor que Molly. Ella no tiene sentido de la lealtad.
No muy lejos, Molly estaba trabajando en una pancarta con Lucas cuando lo oyó todo. Miró a los dos con ira. —No le creas ni una palabra, Sariah. ¡Te engañará y te llevará a la ruina!
—¿Qué quieres decir? —Sariah parecía sinceramente desconcertada—. ¡Él es el mejor!
Kalel rodeó los hombros de Sariah con un brazo en señal de triunfo. Molly sacudió la cabeza con exasperación y volvió a ayudar a Lucas.
Más tarde, esa misma noche, después de que los niños se hubieran cansado, Molly estaba dormida en el sofá con los más pequeños acurrucados a su alrededor. Al darse cuenta de que Molly tenía las mejillas sonrojadas por haber bebido a escondidas un par de copas de vino de frutas, Lucas la cubrió en silencio con una manta, junto con los niños.
Aurora estaba de pie junto a la barandilla, bebiendo una bebida ligera.
No estaba borracha, pero su mirada era distante, perdida en sus pensamientos mientras contemplaba la tranquila noche.
—¿Te pasa algo? —Lucas se acercó y se unió a ella.
Aurora suspiró, mirando su bebida. —Es Rickey. Solía enviarme mensajes todos los días, pero ya han pasado varios días y no he sabido nada de él. Empiezo a preocuparme.
Lucas frunció los labios, pensando por un momento. No conocía bien a Rickey, pero había visto lo suficiente como para reconocer las señales. —Aurora, ¿no te das cuenta de que Rickey está enamorado de ti? —
—No seas ridículo —rió Aurora, levantando la botella de vino con una débil sonrisa. La idea le parecía totalmente absurda.
Rickey siempre señalaba sus defectos, la llamaba despistada, mientras todos los demás la colmaban de elogios. ¿Cómo podía gustarle alguien tan crítico con ella?
Lucas, sin embargo, la miró fijamente. «Piénsalo. ¿No empezó a alejarse cuando tú y Dunn os hicisteis más íntimos?».
Las palabras de Lucas tocaron la fibra sensible de Aurora, aunque se negaba a reconocerlo. La idea llevaba rondándole la cabeza un tiempo, pero simplemente no podía aceptar que una amistad se convirtiera en algo más.
Su sonrisa se desvaneció mientras apretaba la botella con más fuerza. «No es eso. Rickey ni siquiera sabe nada de lo que hay entre Dunn y yo».
Lucas le lanzó una mirada de reojo, con expresión neutra. «Está bien, quizá estoy pensando demasiado. Pero si estás saliendo con Dunn, quizá deberías empezar a mantener cierta distancia con Rickey».
«Sí, lo sé».
En el sofá, Molly se movió cuando una ligera brisa barrió la habitación. Se frotó los ojos y dejó escapar un suave gemido, su pequeña voz rompiendo la tensión.
—Voy a ver cómo está Molly —dijo Lucas.
Después de que se marchara, Aurora se sintió aún más inquieta. Cogió el teléfono, pero Rickey seguía sin responder. Su frustración salió a la superficie. ¿Tan difícil era responder?
¿Por qué no podía explicarle lo que estaba pasando?
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