Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 936
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Capítulo 936:
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—Te llevo —se ofreció él.
—No hace falta —dijo Aurora, haciendo un gesto con la mano.
—Es más seguro para ti si te llevo —insistió él, en un tono que no admitía réplica.
Aurora no tuvo más remedio que subir al coche.
Era la primera vez que se subía al coche de Dunn y la cercanía le resultaba extraña. El espacio reducido acentuaba su conciencia de la presencia de él, y cada pequeño movimiento que hacía parecía llamar su atención.
A pesar del nerviosismo que sentía en el estómago, Aurora mantuvo la compostura. Cuando se acercaron a su casa, le pidió que la dejara antes de llegar a la esquina.
—Déjame aquí —dijo.
Dunn no discutió y detuvo el coche.
Con la complejidad de la relación entre sus familias pesando sobre ellos, ninguno quería arriesgarse a causar problemas que pudieran molestar a sus padres.
Una vez fuera del asiento del copiloto, Aurora se dio la vuelta y lo miró.
«Gracias por traerme», dijo con una breve sonrisa.
Una pizca de vacilación cruzó los ojos de Dunn mientras la miraba. Quizás ella no sentía lo mismo que él. Quizás solo disfrutaba pasar tiempo con él por costumbre, como cuando eran niños.
Después de todo, ¿por qué iba a verlo ahora de otra manera si él no había hecho nada para ganarse ese tipo de afecto?
Sus esfuerzos no estaban a la altura de los de Rickey.
Incluso si Dunn le confesara sus sentimientos ahora, eso no garantizaba que fueran a estar juntos.
Le devolvió una leve sonrisa, conteniendo su confesión, y decidió que era mejor tomarse las cosas con calma y dejar que el tiempo tejiera su historia.
—Envíame un mensaje o llámame cuando llegues a casa.
—Lo haré —dijo Aurora con una amplia sonrisa.
Dunn le devolvió la sonrisa.
El corazón de Aurora se aceleró. Se dio la vuelta rápidamente y se alejó, esperando ocultar el rubor que se extendía por su rostro.
Mantuvo la cabeza recta, sin atreverse a mirar atrás, pero sus hombros se hundieron cuando oyó alejarse el coche.
Cuando llegó a casa, le envió un mensaje a Dunn para decirle que había llegado bien.
Dunn no respondió de inmediato, ya que se dirigía directamente a un bar. Poco después de aparcar frente a la entrada, un hombre salió del bar.
A través de la distancia y la tenue iluminación, Dunn apenas podía distinguir el rostro del desconocido.
Antes de que pudiera verlo mejor, unos golpes en la ventanilla de su coche le hicieron perder la concentración.
«Es el novio de Addie, señor. Es un desastre: bebe mucho en los bares y acosa a las mujeres, lo que se le ocurra. Es famoso por ello. Después de conocer a Addie, empezó a aparecer por aquí, fingiendo ser estudiante de medicina, pero ya lo han expulsado de la universidad», le informó su guardaespaldas.
Dunn entrecerró los ojos mientras observaba al hombre borracho.
El novio de Addie debería dar gracias a su buena estrella de que Aurora no se hubiera metido en ningún lío ese día, porque si le hubiera pasado algo, él habría corrido una suerte mucho peor.
—Encárgate de él —ordenó Dunn con voz fría.
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