Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 929
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Capítulo 929:
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Dunn era un nombre que solía mencionar uno de sus compañeros de clase, que más tarde ingresó en la Universidad de Dugruayae.
Dunn era una leyenda en aquella época, una figura admirada cuya reputación le precedía. Aurora, siempre curiosa, encontraba la manera de mencionarlo casualmente en la conversación, lo que provocaba que su compañero compartiera novedades sobre él.
Si hubiera sabido que algún día se sentaría frente a Dunn, compartiendo mesa, quizá se lo habría pensado dos veces antes de hacerle tantas preguntas sobre él en aquel entonces.
Aurora miró la taza humeante que tenía delante y se rió para sus adentros al darse cuenta de lo ingenua que había sido al dar por sentado que el café solo era su elección.
Dunn, por su parte, parecía perdido en sus propios pensamientos.
Todo lo que sabía de Aurora se lo había contado Rickey, detalles que le había servido en bandeja de plata.
Pero ¿qué sabía realmente de ella?
Se preguntaba si apreciaba de verdad todo lo que Aurora tenía, sentada ahora frente a él.
Quería descubrir sus cualidades de primera mano, no a través de las observaciones de otra persona.
No era la culpa lo que le atraía hacia ella; no podía ser. No quería actuar por sentido del deber o por una curiosidad pasajera.
Quería acercarse a ella porque incluso las conversaciones más simples, incluso los intercambios más breves, le hacían inexplicablemente feliz.
Aún no podía decidirse porque, por ahora, solo quería saber más sobre Aurora.
Si sus sentimientos nacían puramente del deseo, ¿podía realmente llamarlos afecto?
—Dunn, sobre la situación de Addie…
La voz de Aurora lo trajo de vuelta al presente. Volvió a centrarse en ella, y su expresión se suavizó en una sonrisa paciente.
—¿Ayudaste a Conroy a conseguir las imágenes de vigilancia?
—Sí. —Una pizca de culpa cruzó su rostro—. Siento no haberte visto en ese momento.
—No pasa nada —respondió Aurora con delicadeza, apartándose un mechón de pelo de la frente—. Muchas gracias. Esas imágenes fueron de gran ayuda.
Dunn no dijo nada, levantó la taza y dio un sorbo mientras miraba por la ventana.
Aurora se movió ligeramente en su asiento, cada vez más incómoda. No era propio de ella. Iniciar una conversación no era algo natural en ella.
De repente, recordó la carrera de Dunn. Quizás preguntarle por sus estudios la haría parecer más considerada.
—Dunn…
—¿Sí? —Se volvió hacia Aurora, esperando a que continuara.
Aurora se enderezó en su asiento, tratando de parecer tranquila.
—Cuando llegue el momento de solicitar plaza en la universidad, ¿podrías ayudarme?
Aurora había leído un libro de psicología.
En él se decía que, cuando alguien hace una pregunta, a menudo ya sabe la respuesta que quiere oír.
Aurora había reflexionado cuidadosamente sobre esto antes de llegar hoy.
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