Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 903
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Capítulo 903:
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Joelle se había ido a la cama temprano, con la intención de descansar bien, sin esperar despertarse de un sueño tan aterrador.
Se frotó la frente, el sudor de su piel se enfriaba de forma incómoda. «Casi lo olvido», murmuró.
Adrian se recostó en la cama con ella, envolviéndolos cómodamente en la manta. —Si no puedes dormir, me quedaré despierto y charlaremos.
Joelle apoyó la cabeza en su pecho y sintió que su cuerpo comenzaba a relajarse lentamente. —¿De qué deberíamos hablar?
Adrian miró fijamente al techo. —En un abrir y cerrar de ojos, Aurora está a punto de hacer el examen de ingreso a la universidad. Me siento incómodo. El otro día, Bobby me contaba lo preocupado que está por su hija, asustado de que algún chico pueda romperle el corazón. Y luego está Shawn, que dijo que a Bobby le llevó media vida darse cuenta de lo equivocado que había estado en tantas cosas.
Joelle miró a Adrian. Quería decirle que se estaba preocupando demasiado, pero la verdad era que entendía perfectamente sus sentimientos.
«Cuando Aurora terminó la escuela secundaria y quiso hacer ese viaje con sus amigos, me preocupé muchísimo. Pero ya sabes, tiene que crecer, conocer a más gente y ver más mundo. Tenemos que dejarla ir en algún momento».
Adrian, ahora en la mediana edad, estaba mucho más emocionado que antes. Se secó una lágrima de la comisura del ojo. «Aurora es una buena chica. Nunca nos ha dado problemas, ¿verdad?».
Joelle sonrió. «Es cierto. Pero desde que Leah y Callan se mudaron de nuevo a su ciudad natal para jubilarse, he sentido que Aurora lleva preocupaciones adicionales. No se comunica tanto como antes. Solía pensar que la entendía perfectamente, pero ahora no estoy tan segura».
Adrian dejó escapar un profundo suspiro, intuyendo que si seguían hablando de este tema mucho más tiempo, podría acabar llorando con ella. —Joelle, tengo que contarte algo, pero prométeme que no te enfadarás.
—¿De qué se trata?
—De Molly.
Joelle se irguió de golpe. —¿La han llamado otra vez a la oficina del director?
Adrian la hizo sentarse rápidamente. —No te enfades. Ya he hablado con su profesora. Solo estaba garabateando en un libro, pero resultó ser el libro de la profesora.
El rostro de Joelle se sonrojó de frustración y se llevó los dedos a las sienes, sintiendo como si la cabeza fuera a estallar.
Criar a Molly había sido una experiencia muy diferente a la de criar a Aurora.
Aurora siempre había estado tranquila y se había portado bien, sin causar problemas ni una sola vez. Pero Molly era un torbellino. A los tres años, ya trepaba vallas. A los cinco, escalaba árboles.
A los diez, escalaba paredes como una temeraria. Era más salvaje que cualquier chico que Joelle hubiera conocido.
Joelle pensó en el hijo de Katherine, Kalel Watson, que era solo unos meses mayor que Molly. Era maduro, tranquilo y confiable, todo lo contrario a Molly.
A veces, Joelle no podía evitar preguntarse si de alguna manera había fallado como madre.
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