Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 1119
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Capítulo 1119:
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La observación de Rafael del ambiente tenso hizo que Molly apartara la mirada de Lucas al instante.
—Molly, ¿estás libre hoy? ¿Qué tal si vamos de compras? —le propuso Allie.
—Yo también voy —dijo Lucas.
Allie se volvió hacia él, desconcertada. —¿No habías dicho que hoy ibas a volver al campus?
—Cambio de planes —respondió Lucas, lanzando una mirada furtiva a Molly—. Es raro que Molly venga, así que debería pasar más tiempo con vosotras.
Molly se encogió en su asiento, deseando desesperadamente poder desaparecer.
Allie frunció el ceño, confundida.
«¿Seguro que quieres venir con nosotras?».
«Mamá, puedo ayudarte a llevar las cosas, y a Molly no le importa, ¿verdad?».
Tomada por sorpresa, Molly tardó un momento en recomponerse antes de soltar: «No me importa en absoluto».
Lucas fingió sorpresa. —¿Por qué te sonrojas? ¿Tienes calor?
Molly levantó la cabeza bruscamente y apretó los dedos alrededor del cuchillo mientras lanzaba una mirada fulminante a Lucas.
Allie inmediatamente centró su atención en Molly con preocupación maternal.
—Cariño, ¿de verdad tienes calor?
—No, en absoluto.
Apenas había pronunciado las palabras cuando Rafael anunció: «¡Ya que vais todos, yo también me apunto a la diversión!».
«En ese caso, papá, tú ve de compras con mamá y yo me quedaré con Molly». Lucas mantuvo la compostura a la perfección.
Su declaración informal dejó completamente sin palabras a los otros tres comensales.
Rafael fue el primero en recuperarse, con una mirada de comprensión en los ojos. «Bueno, por mí está bien. ¿Qué decís?».
Allie, pillada en un renqueo, miró frenéticamente de uno a otro como si hubiera descubierto un secreto trascendental. «Claro, me gusta ir de compras contigo, Rafael. Molly, ¿tú qué opinas?».
Acorralada por las circunstancias, Molly no tuvo otra opción. Habían orquestado la situación tan perfectamente que negarse habría sido descortés. —Entonces vosotros dos podéis ir de compras solos y nosotros cenaremos juntos esta noche.
—De acuerdo.
Después del desayuno, se dividieron en dos coches y se marcharon uno tras otro. Molly se sentó junto a Lucas en su vehículo. En cuanto el coche de Rafael y Allie desapareció de su vista, se giró y le dio un puñetazo en el brazo a Lucas.
«¿Qué haces? ¿Quieres que todo el mundo lo sepa?», preguntó.
«Quiero estar a solas contigo». La franqueza desarmante de Lucas hizo imposible que Molly mantuviera su irritación.
Molly no podía soportar ese lado entusiasta de Lucas. Parecía haberse convertido en otra persona de la noche a la mañana, dejándola completamente perdida.
«¿Y si se enteran tus padres?», preguntó.
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