Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 1112
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Capítulo 1112:
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—¡Eres ridículo! —La furia impulsó a Molly hacia adelante, pero se giró de repente—. Espera, ¡ya lo entiendo! ¿Estás tratando de decirme que no le gusto a ningún chico?
—No es eso.
Molly blandió el puño en señal de advertencia y se marchó enfadada.
Al llegar a casa, Lucas se metió en el trastero y rebuscó entre recuerdos cubiertos de polvo hasta que sus dedos encontraron un viejo cuaderno de dibujo.
Al desplegar el dibujo, una risa impotente se le escapó de la garganta.
Aquella no era Aurora. Era Molly.
En ese momento, Allie llamó a la puerta. —¡Hola, guapo!
Lucas ocultó rápidamente el dibujo. —¿Qué pasa, mamá?
—Un viejo amigo médico de tu padre nos ha invitado a cenar mañana. Está deseando presentarte a su hija.
—Prefiero que no. Estoy muy ocupado. Si no hubiera venido Molly, ni siquiera estaría en casa ahora mismo.
—Tu padre cree que deberías conocerla. Es una chica extraordinaria, estudia neurología. Estoy segura de que tendréis mucho de qué hablar —dijo Allie con una sonrisa.
Lucas se puso de pie con el ceño fruncido. —Mamá, ¿no te he dejado claro que no voy a ir a citas a ciegas?
Allie suavizó el tono y habló con sinceridad. —Pero mira a Aurora: ya está comprometida y planea casarse en cuanto se gradúe. Si sentás cabeza pronto y tenés una vida familiar estable, te dará seguridad. Podrás concentrarte mejor en tu trabajo.
Lucas permaneció impasible.
Rafael dio un paso al frente. —Solo se trata de conocerse. Aunque no salga nada, ganarás algo con el intercambio, tanto intelectual como socialmente.
Lucas siempre había tenido en alta estima a su padre. Aunque no estuviera de acuerdo, se sentía obligado a escuchar y considerar sus palabras.
—Papá, ¿solo un intercambio académico? —preguntó Lucas, levantando una ceja.
—Sí, te lo prometo.
—Está bien. Pero, ¿puedo llevar a Molly conmigo? —preguntó Lucas, al que se le ocurrió una idea repentina.
—Por supuesto.
Al día siguiente, Molly se reunió con Lucas y sus padres en el restaurante. Allie se sentó a su lado y parecían madre e hija, perfectamente cómodas en compañía de la otra.
—Allie, ¿hay alguna ocasión especial hoy? —preguntó Molly, mirando a su alrededor.
—No —respondió Allie en voz baja, inclinándose hacia ella—. Rafael quiere presentarle una chica a Lucas. ¿Nos ayudas a hacer de celestinos?
Molly apretó ligeramente los dedos al ver la sonrisa despreocupada de Lucas. Su corazón se encogió al pensar en lo que estaba a punto de suceder. —De acuerdo —murmuró.
Al cabo de un momento, la chica y sus padres entraron en el restaurante. Todos se levantaron para saludarlos y Molly no pudo evitar fijarse en el aspecto de la chica.
Era alta, segura de sí misma y con un aire elegante que no pasaba desapercibido; no había nada en ella que pudiera disgustar.
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