Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 1111
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Capítulo 1111:
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«No creas que puedes engañarme». Los recuerdos inundaron a Molly como un maremoto. «Ese verano, viniste a mi casa y dibujaste en secreto a mi hermana pescando en el lago. Desde ese momento, supe que tu corazón le pertenecía».
Lucas parpadeó, completamente desconcertado. Rebuscó desesperadamente en su memoria, pero no encontró nada. «Molly, ¿estás malinterpretando algo?».
El silencio se apoderó de ellos mientras ella miraba a lo lejos, perdida en sus propios pensamientos.
«Más tarde, cuando Aurora estaba con Dunn, debiste de quedarte devastado, ¿verdad? Tus visitas se hicieron menos frecuentes después de eso».
Deteniéndose en seco, Lucas se volvió hacia ella y la miró directamente a los ojos. «Molly, eso fue porque tenía que hacer mis prácticas. Apenas tenía vacaciones».
«¿En serio?». Su tono denotaba escepticismo; ya lo había archivado como una excusa conveniente. «Pero ahora mi hermana está a punto de casarse. ¿Por fin te has rendido?».
La incredulidad se reflejó en la risa de Lucas. —¿Qué enredada telaraña se te ha formado en la cabeza? No me extraña que tus notas sean tan malas, ¡estás consumida por esas fantasías!
—¡Todo el mundo tiene sus propios talentos! —Molly, indignada, lo apartó de un empujón. Algo cambió en la percepción de Lucas: esta vez, su dolor era auténtico. No podía dejar escapar ese momento. No otra vez.
Los ojos de Molly se llenaron de lágrimas. —Sé que no soy tan increíble como mi hermana. Todos la adoran. Pero yo no soy ella. Yo también estudio, ¡pero el conocimiento se me escapa! Pero no soy completamente inútil, ¿verdad? Tengo talento con los pinceles, ¿no?
—Sí. —Lucas rebuscó en sus bolsillos y sacó un pañuelo para secarle las lágrimas.
La realidad golpeó duramente a Molly: pronto, incluso ese simple gesto se convertiría en un lujo prohibido. Algún día, él pertenecería a otra persona. ¿Cómo podía seguir siendo tan tierno con su amiga de la infancia? Darse cuenta de eso le provocó una nueva oleada de frustración.
Le arrebató el pañuelo de las manos. —Puedo arreglármelas sola.
—Te he secado las lágrimas desde que éramos niños.
—¡Eso era antes!
—¿Y ahora qué ha cambiado? Con un suspiro de cansancio, Lucas le revolvió el pelo.
—Has crecido. De verdad que no consigo entender lo que pasa por la cabeza de las chicas de hoy en día.
—¡Todo es diferente!
Por supuesto que él no podía entenderlo.
Las chicas albergaban un océano de pensamientos inconfesables en su interior.
De pie, desafiante, en medio de la calle, Molly se lanzó a discutir. —Algún día yo también tendré novio. No puedes estar secándome las lágrimas toda la vida. Mi…
—Tu «novio» se morirá de celos. Y cuando tengas novia, ya no podrás colmarme de atenciones…
Absorta en su torrente de palabras, no se dio cuenta de la sombra que se cernía sobre Lucas.
«¿Novio?», una sonrisa irónica se dibujó en los labios de Lucas. «Molly, créeme, no vas a encontrar novio tan pronto».
«¿Por qué?
«Por nada».
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