Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 1093
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Capítulo 1093:
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El equipo médico estaba desconcertado; no podían determinar cuál era el problema, pero Rickey seguía sin responder.
A la mañana siguiente, el padre de Rickey llegó desde su casa. «Aurora, deberías irte a casa a descansar. Yo me encargaré de él aquí».
«De acuerdo».
Aurora salió del hospital, pero las palabras de Emma resonaban en su mente, alimentando su inquietud. Se sintió obligada a volver a la sala.
La puerta de la sala estaba cerrada y vio pasar al padre de Rickey. Justo cuando estaba a punto de entrar, vio a Rickey sentado en la cama.
Se detuvo sorprendida, casi olvidando entrar.
Su padre parecía imperturbable, casi como si hubiera anticipado ese momento.
—Rickey, ¿cuánto tiempo piensas seguir con esta farsa? No puedes quedarte en la cama indefinidamente, ¿verdad?
Rickey mantuvo una expresión estoica mientras tomaba el agua que le ofrecía su padre. —Si eso significa que ella se queda, estoy dispuesto a fingir todo el tiempo que sea necesario.
El padre de Rickey exhaló profundamente, recordando cómo se había golpeado a sí mismo fuera de la sala de urgencias, enfadado consigo mismo por no haber sido un mejor guía para su hijo.
Sin embargo, solo tenía este hijo y sabía que no complacerlo podría llevarlo a cometer acciones aún más imprudentes.
—¿Te das cuenta de cuánta preocupación le has causado a Aurora estos últimos días? —Intentó razonar con él—. Piénsalo. Aurora tiene su propia vida que vivir. No deberías aprovechar su preocupación para mantenerla atada a ti.
Rickey levantó la vista y su expresión se ensombreció. —¿Estás sugiriendo que estoy siendo inmaduro?
—Estás actuando de manera bastante inmadura, sí.
—Inmaduro es tu opinión, pero no me molesta. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para mantenerla cerca.
En ese momento, la puerta se abrió de golpe.
Ambos se volvieron para ver a Aurora de pie en la puerta, con las mejillas marcadas por las lágrimas.
Al verla, Rickey sintió una oleada de pánico, le temblaban las piernas, pero intentó acercarse a ella, queriendo abrazarla.
—¡Aurora, déjame explicarte!
Pero al salir de la cama, las piernas le fallaron y cayó en los brazos de su padre.
Aurora dio un paso atrás y se secó las lágrimas con la mano. —Ya he oído suficiente. No hace falta que me des explicaciones.
Siguió secándose las lágrimas. —¿Quieres saber por qué te he elegido a Dunn en lugar de a ti?
La expresión de Rickey se tornó alarmante, frunció el ceño y una mirada de pavor se extendió por su rostro. A pesar de anticipar el dolor que sus palabras podrían causarle, necesitaba oírlas.
Reconoció que la culpa era suya.
Él había causado el desastre.
Simplemente no había forma de escapar.
El amor a menudo llevaba a las personas a hacer cosas estúpidas.
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