Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 1086
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Capítulo 1086:
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—¿Sí?
Mientras se ataba el delantal, le dedicó una sonrisa cansada. —Sé que tú no ves así a Rickey. Pero en el tiempo que has estado fuera, no ha sonreído ni una sola vez. Si piensas hablar con él, por favor, intenta no romperle el corazón. Es mi único hijo».
Un segundo. Dos segundos. Aurora quería disculparse, pero entonces lo vio: el temblor de su voz, la forma en que tragaba emociones demasiado pesadas de soportar. Su corazón se ablandó.
«Intentaré ser delicada».
El padre de Rickey soltó un largo y cansado suspiro, como si hubiera estado conteniendo la respiración durante demasiado tiempo. Se cubrió el rostro con una mano y la voz se le quebró.
—Gracias.
Al salir, Aurora se paseó por el camino que había delante de la casa de Rickey. No había avanzado mucho cuando dobló una esquina y allí estaba ella. La misma chica que había estado merodeando por allí hacía unos días.
La chica se quedó rígida, tomada por sorpresa. Una pizca de vacilación cruzó su rostro antes de girarse bruscamente, lista para huir.
El instinto de Aurora se activó. No se trataba de una simple transeúnte. Esa chica conocía a Rickey, y no de una manera superficial y casual.
«¡Eh, espera!», gritó Aurora.
Pero la chica solo aceleró el paso.
—¡Espera! ¿No quieres saber cómo está Rickey?
Eso fue suficiente. La chica vaciló y luego se volvió lentamente. Su expresión oscilaba entre la culpa y la ansiedad.
—Lo siento. No quería entrometerme.
Aurora se acercó más, estudiándola. —¿Cómo te llamas?
«Emma Moore».
¿Y conoces a Rickey?
Emma dudó, sin saber qué decir. ¿Cómo podía explicarlo? ¿Que no era realmente una amiga, solo alguien que ocupaba un lugar especial en la vida de Rickey? ¿Que lo que habían tenido nunca estaba destinado a durar?
¿Y cómo podía explicarle todo eso a Aurora, la chica dulce, bondadosa e inocente que tenía delante?
Aurora se dio cuenta de que Emma ocultaba algo, pero decidió no insistir. En cambio, suavizó el tono. —¿Quieres verlo?
Emma asintió con la cabeza, pero inmediatamente la negó. —No. No es eso. Él no quiere verme…
Aurora ladeó la cabeza, curiosa. —¿Te gusta Rickey?
Emma se sonrojó profundamente, delatando todo lo que no había dicho en voz alta.
Así que eso era. Otra chica enredada en la red del encanto de Rickey. Aurora le dedicó una pequeña sonrisa comprensiva. —Ya está despierto. Está bastante magullado, pero con un poco de descanso se pondrá bien.
Emma parpadeó, sorprendida. Se había preparado para sentir celos, resentimiento, pero lo único que encontró fue amabilidad.
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