Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 1075
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Capítulo 1075:
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«¿Has tenido alguna relación antes?», preguntó ella.
«Eres tan molesta». Ryland soltó un suspiro exasperado.
«¿Soy tu primer amor?», preguntó Amanda incrédula.
Tras una pausa cargada de significado, Ryland respondió con un «Mm» ahogado.
En ese momento, el corazón de Amanda se convirtió en un campo de batalla de emociones contradictorias.
Ryland se acercó y apagó la lámpara de la mesita de noche. La oscuridad envolvió la habitación y Amanda se quedó inmóvil, con la sonrisa ya olvidada.
Con el inminente regreso de Dunn del extranjero, Aurora visitó una boutique propiedad de una amiga de Joelle para elegir un regalo de bienvenida. Mencionó casualmente que era para una amiga, evitando levantar sospechas. A su edad, tener amigos varones no era nada raro.
Contemplando unos gemelos, un reloj y una corbata, se quedó perdida en sus pensamientos.
La tranquilidad de la tienda se rompió cuando la puerta se abrió de golpe.
—Hola, ¿ha llegado ya el bolso que encargué? Tráelo aquí.
Era Katherine.
—Tía Katherine —la voz de Aurora se le atragantó en la garganta.
—¡Aurora! —Katherine entró con paso firme, sus tacones marcando un ritmo seguro contra el suelo, con su presencia imponente como siempre. Se ajustó el bolso de diseño con elegancia y le dedicó una sonrisa cómplice—. ¿Comprando algo especial? Lo que te llame la atención, ponlo en mi cuenta.
—No, por favor, no es necesario —protestó Aurora, agitando las manos nerviosamente—. Solo estoy buscando un pequeño detalle para un amigo.
—¿Un pequeño detalle? —Katherine arqueó sus cejas perfectamente dibujadas mientras se acomodaba en el lujoso sofá, cruzando las piernas con deliberada elegancia. Ante ella se encontraba la cuidada selección de regalos de Aurora, claramente destinados a hombres.
—Un novio, ¿verdad? Estoy al tanto de tu pequeño romance con Dunn. Así que estás eligiendo su regalo. Dime, ¿qué ha elegido él para ti?
Un rubor carmesí se extendió por las mejillas de Aurora. Se hundió en el asiento junto a Katherine, con la voz apenas por encima de un susurro. —Por favor, baja la voz. Si se entera mi padre, estoy perdida.
Katherine soltó una risa desdeñosa. —¿Y por qué te asusta eso?
Un camarero apareció con un martini perfectamente preparado y una delicada porción de tiramisú. Katherine levantó la copa con elegancia y miró a Aurora con una mirada alentadora.
—Tu tío ya ha respondido por Dunn, dice que es de fiar. Además, salir con alguien es algo perfectamente natural. ¿Has oído hablar del apasionado romance que tuvieron tus padres en su día? Su historia de amor dejó en vilo a toda la ciudad. ¿Y ahora creen que pueden cortarte las alas? Ni lo sueñes. Relájate, tu tío y yo te apoyamos.
Aurora jugueteó con los dedos, con una tímida sonrisa en los labios. —Gracias, tía.
—¡No soy tu única animadora! —resuñó una voz desde el probador VIP.
La puerta se abrió de par en par y apareció Fannie, resplandeciente con un vestido de alta costura. Aurora sintió que se le encendían las mejillas.
Fannie debía de haberse quedado escondida para evitarle la vergüenza inicial, un gesto de discreta consideración que la conmovió profundamente.
Aurora se levantó rápidamente y saludó a Fannie.
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