Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 1042
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1042:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Molly frunció el ceño, confundida. —¿Qué tendría que hacer?
Aurora detuvo el tenedor en el aire y respondió con determinación en la mirada: —Las verdaderas intenciones se revelan con el tiempo.
Molly asintió, pero era difícil saber si realmente lo entendía.
Al darse cuenta de algo, Ryland miró alrededor de la habitación y cogió el teléfono de Molly. «¿Quién es Rickey? Te está llamando».
Los ojos de Molly se iluminaron. «¿Rickey? ¿No es de noche donde él está ahora? ¿Por qué llama tan tarde?».
Aurora no pudo evitar sentir que había algo raro en esa llamada. «¿Queréis salir? Yo contesto».
—Puedes hablar con él aquí con nosotros. Además, hace mucho que no oigo la voz de Rickey, Aurora —protestó Molly.
Al ver que Aurora necesitaba intimidad, Ryland tomó a Molly de la mano y la sacó de la habitación.
La puerta se cerró detrás de ellos. Aurora miró el teléfono que sonaba en su mano, preguntándose qué querría Rickey hablar con ella esta vez.
Un suspiro se escapó de sus labios. ¿Cuándo había empezado a temer las llamadas de Rickey?
Era su mejor amigo. Puede que le gustara molestarla cuando eran más jóvenes, pero nunca dejaba que nadie la maltratara. Siempre la defendía de los matones.
Aunque había fingido indiferencia cuando se marchó, ella nunca pensó que las cosas cambiarían entre ellos.
Con una punzante sensación de impotencia en el corazón, Aurora respondió a la llamada. —Hola, Rickey.
—Has tardado mucho en contestar. ¿Para qué usas el teléfono? —Su tono tenía el mismo aire sarcástico de siempre, lo cual fue un alivio.
—Acabo de levantarme. ¿Qué quieres? —preguntó ella.
—Nada, solo estoy aburrido y quería charlar.
—Vale.
Hubo una pausa y luego Rickey preguntó: «¿Qué tal el colegio? ¿Has hecho nuevos amigos?».
«Sí».
«¿Chicos o chicas?».
«De ambos».
«Vale». Hubo otra pausa y luego Rickey preguntó, esta vez con un tono menos natural: «¿Tienes admiradores ahora?».
Aurora bajó la mirada hacia sus pies. «¿Cómo voy a saberlo?».
La vacilación fue evidente cuando Rickey preguntó: «¿Te gusta alguien?».
Su pregunta transportó a Aurora a la secundaria, cuando una compañera de clase había metido una carta de amor en el libro de Rickey.
Sus mejillas se pusieron rojas y le preguntó: «¿Me estás gastando una broma?».
Confusa, Aurora frunció el ceño. «Eso no es mío».
.
.
.