Vuelve conmigo, amor mío - Capítulo 1036
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Capítulo 1036:
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Aurora dudó, pero luego asintió. «Nos encontramos por casualidad después de los exámenes de acceso a la universidad, pero eso fue todo».
La expresión de Joelle se suavizó mientras asimilaba la información. —Lo hemos visto crecer. Es un joven sensato, pero las fotos… No ha sido muy prudente. A medida que se difundan, la gente empezará a hacer suposiciones. Si alguien preguntara a Joelle y Adrian, no sabrían cómo explicarlo.
Aurora bajó la mirada. —La tía Katie estaba intentando por todos los medios arruinar nuestra familia…
Adrian preguntó con frialdad: «¿Y cuál es tu excusa para ir a su casa?».
Aurora se quedó paralizada. Nunca había oído a Adrian hablarle así.
«Me equivoqué».
Adrian no perdió tiempo. «Aún eres joven. Podemos hablar de relaciones cuando seas mayor. ¡Rompe con él ahora mismo!».
Molly, más apasionada que Aurora, no pudo contenerse. —¡Papá! ¿De verdad tienes que ser tan controlador? ¡Es adulta!
—Ser adulta no cambia nada —respondió Adrian con voz firme—. Y tú, Molly. No estás preparada para ningún tipo de relación. Así que olvídalo.
—¡Mamá! ¡Mira a papá! —Molly cruzó los brazos y puso un puchero dramático—. Primero le dice a mi hermana lo que tiene que hacer y ahora me da sermones a mí. ¡No estoy saliendo con nadie!
Joelle soltó un largo suspiro, tratando de calmar los ánimos. —Adrian, esta no es la forma correcta de manejar las cosas. Cuanto más te resistas, más querrán estar juntos.
Adrian miró con severidad a Aurora. —¿Así son las cosas? ¿Ya eres mayor y ya no me haces caso?
Aurora sintió una oleada de tristeza, pero las palabras no le salían.
—Como no hay oposición, está decidido. ¡Ahora ve a aclarar las cosas con Dunn! —Pasó junto a Aurora.
—Papá, quiero tomar esta decisión yo misma.
La ira bullía bajo la piel de Adrian como una tormenta en formación, pero la contuvo, enmascarando su furia con un control que solo reservaba para sus hijas. Respiró hondo antes de volver a hablar, con voz baja y peligrosa. —¿Has dicho algo?
Aurora se puso rígida, pero su confianza anterior se evaporó bajo el peso aplastante de la mirada de Adrian. Su aura era demasiado para ella.
No solo Aurora, sino también Joelle y Molly, sentadas a su lado, estaban empapadas de ansiedad, preparándose para una acalorada discusión.
Durante unos diez segundos, nadie dijo una palabra. Aurora se quedó allí de pie, soportando la intensa mirada de Adrian.
No llevaba mucho tiempo con Dunn, pero ya sentía como si el universo entero conspirara contra ellos.
—Papá, ¿puedo preguntarte por qué te opones a esto? ¿Cuál es tu motivo?
Adrian no era un hombre irracional. Su oposición no surgía de la nada, era instintiva, la necesidad primitiva de un padre de proteger a su hija de cualquier daño.
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