Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 918
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Capítulo 918:
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A su regreso y tras la revelación de su identidad por parte de Kristopher, se dio cuenta de que aquel hombre era, efectivamente, su guardaespaldas. Sin embargo, desde su regreso, el guardaespaldas había desaparecido de su vista.
Belinda había supuesto que Kristopher, sintiéndose seguro en su dominio de Nawrin, ya no veía la necesidad de tener un guardaespaldas. Sin embargo, su inesperada aparición en las imágenes de vigilancia la tomó por sorpresa. ¿Podría estar allí para proteger a Ariadna o, como sugería Madisyn, para secuestrarla?
La mente de Belinda se llenó de infinitas posibilidades, lo que le provocó un ligero fruncimiento del ceño y el inicio de un dolor de cabeza.
—¿Lo reconoces? —Madisyn, inicialmente sorprendida, rápidamente ató cabos.
Madisyn palideció. —¿Estás insinuando que es Kristopher?
Con sus pensamientos en desorden, Belinda inhaló profundamente, se levantó con decisión y declaró: —Debo encontrarlo.
Dado que Kristopher había contratado al guardaespaldas, estaba claro que sabía tanto de la repentina desaparición de este como de la de Ariadna. En lugar de dudar de las intenciones de Kristopher, parecía más apropiado enfrentarse a él directamente.
Belinda no podía creer que su relación se hubiera deteriorado hasta el punto de que Kristopher secuestrara a Ariadna. Sin embargo, ¿y si fuera así?
Ariadna, su sobrina, nacida con gran riesgo por su hermana, no podía ser ignorada.
«Yo me encargaré de esto», afirmó Belinda, pero antes de que pudiera moverse, sintió un fuerte agarre en su muñeca.
Belinda miró hacia atrás, con el ceño fruncido, mientras se liberaba del agarre de Dashawn.
—Tengo que hacerlo solo. Quédate aquí y sigue colaborando con la policía. No podemos arriesgarnos a retrasar el rescate de Ariadna.
La expresión de Dashawn se ensombreció.
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—Entendido. Con el consentimiento de Dashawn, Belinda corrió hacia la salida del hotel y marcó el número de Kristopher mientras corría.
Sin embargo, después de llamar a un taxi y llegar a la sede del Grupo Cox, todos los intentos de contactar con Kristopher resultaron inútiles.
¿Qué estaba pasando?
Una ola de ansiedad invadió a Belinda.
Sin más alternativas, buscó el número de Marc y lo llamó. Marc respondió con voz cansada.
—Sra. Acosta, ¿en qué puedo ayudarla?
Belinda salió del coche y respondió:
—Estoy frente a las oficinas del Grupo Cox. He intentado localizar a Kristopher y no he podido. Es urgente que hablemos.
Hubo una pausa antes de que Marc respirara hondo.
—El señor Cox está descansando. Ha dado instrucciones de que no se le moleste. Yo estoy supervisando las operaciones de la empresa. Por favor, no venga a buscarlo. Vuelva.
Belinda no se creyó ni por un segundo las palabras de Marc. Frunció el ceño y dijo:
«No me mienta. Es imposible que esté descansando ahora mismo».
Dado que Kristopher había asignado al guardaespaldas para proteger o posiblemente secuestrar a Ariadna, y con Ariadna ahora desaparecida, era imposible que Kristopher estuviera simplemente descansando, como afirmaba Marc.
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