Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 844
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Capítulo 844:
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«Protegerme significa tener a gente siguiéndome constantemente. Arreglar las cosas significa fingir que no me conoces mientras sigues vigilando cada uno de mis movimientos, igual que antes. Y ayudarme…».
Sus ojos se clavaron en él, inquebrantables. «¿Alguna vez has pensado que no necesito tu supuesta ayuda? Sin ti, hoy seguiría plantando cara a la familia Nelson. Con mi esfuerzo y el apoyo de Dashawn, habría conseguido que esos tres médicos testificaran a mi favor. Incluso si sus testimonios no hubieran sido posibles, habría hecho lo necesario para que la familia Nelson se enfrentara a las consecuencias que se merece».
Belinda respiró hondo para calmarse, con los ojos llenos de lágrimas, pero sin apartar la mirada de Kristopher. —Cuando estábamos casados, cada vez que tu madre o tu hermana me hacían daño, yo solo deseaba una cosa: que tú, mi marido, me defendieras. Pero nunca lo hiciste. Ahora me he forjado una nueva identidad y me he rodeado de gente que se preocupa de verdad por mí. Ya no necesito tu ayuda. Sin embargo, aquí estás, diciendo que quieres ayudarme».
Una sonrisa amarga se dibujó en sus labios. «Kristopher, ¿no crees que estás siendo ridículo?».
Ante la burla y las duras palabras de Belinda, Kristopher solo pudo bajar la mirada, antes tan orgullosa. «Belinda, lo siento mucho. No me había dado cuenta antes de que tú eras…».
«¿No sabías que fui yo quien te rescató en ese pequeño pueblo hace cinco años, así que pensaste que podías maltratarme, dejar que tu familia abusara de mí y no prestarme ninguna atención?», espetó Belinda.
Desde que despertó, había imaginado numerosos escenarios para su encuentro con Kristopher.
Había imaginado innumerables momentos en los que se despojarían de sus pretensiones y hablarían honestamente del pasado.
Creía que aún sentiría la punzada de la tristeza y que se le saltarían las lágrimas mientras hablaban, pero ahora, enfrentada a la realidad, no sentía nada de lo que había anticipado.
Quizás ya había derramado demasiadas lágrimas por él.
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Ahora que revivía esos recuerdos dolorosos, una sensación de amargura le llenaba el corazón, pero la tristeza había desaparecido.
El dolor insoportable que la atormentaba por las noches ahora parecía pertenecer a otra persona.
—Lo siento mucho.
Kristopher frunció el ceño mientras murmuraba la frase una y otra vez.
Le había hecho mucho daño a Belinda y sentía que le debía una disculpa por cada uno de ellos.
Belinda sonrió levemente y dijo: «No tienes por qué disculparte. Todo eso ya es pasado. Ya no me importa, así que no quiero que te disculpes».
Kristopher levantó la vista y se encontró con la fría mirada de ella.
Era sincera.
Sus ojos no mostraban ningún rastro de afecto ni de ira por su pasado común.
Pero, a pesar de su falta de emoción, él sintió una pesadez insoportable en el pecho.
Una mano invisible parecía apretarle el corazón, dificultándole la respiración.
Para ocultar su confusión interior, Kristopher tuvo que apartar la mirada, incapaz de mirar directamente a Belinda. «Me alegro de que hayas seguido adelante. Pero… yo sigo necesitando pedirte perdón. Belinda, lo siento de verdad…».
Su voz estaba cargada de arrepentimiento cuando continuó: «Siempre creí que Cathy eras tú y te malinterpreté profundamente. Todo es culpa mía».
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