Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 741
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Capítulo 741:
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La calle en la que se encontraban estaba cerca del centro de la ciudad, con tráfico constante.
Gillian, sentada en medio de la carretera, ya estaba causando problemas, y ahora lloraba a gritos.
En poco tiempo, se empezó a formar un grupo de gente atraída por la escena.
La gente empezó a susurrar entre sí y algunos incluso comenzaron a grabar vídeos para retransmitir el drama en directo.
Algunos de los presentes reconocieron a Madisyn. «¿No es la modelo que se vio envuelta en ese escándalo de fotos desnuda hace unos meses?».
«¿Está intentando negar que ha atropellado a alguien en la carretera?».
«No, parece que la mujer de la calle es su hermana. La modelo ha estado evitando sus llamadas, así que la mujer ha salido corriendo a la carretera para enfrentarse a ella…».
«Qué cruel es con su propia hermana. No me extraña que acabara envuelta en ese escándalo…».
Los comentarios de los curiosos se volvieron más hirientes y Madisyn palideció.
Madisyn se sintió abrumada por los recuerdos de la indignación pública que había enfrentado durante su escándalo, cuando la gente le había lanzado verduras podridas y huevos.
Se tambaleó ligeramente, casi perdiendo el equilibrio.
—Madisyn.
Fred se apresuró a acercarse y la agarró por los hombros para estabilizarla.
—Señorita Nelson.
Fred frunció el ceño al mirar a Gillian, sentada en la acera. «Este no es el lugar adecuado para esto. Subamos al coche».
Gillian, que momentos antes se había estado secando las lágrimas, se levantó inmediatamente y se dirigió a la puerta trasera del BMW rojo, dispuesta a entrar.
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«Siéntate en el asiento del copiloto».
Fred se apresuró a indicarle a Gillian antes de que pudiera abrir la puerta. «Tenemos a una amiga enferma en el asiento trasero».
Al oír esto, Gillian apartó la mano de la manilla de la puerta y abrió la puerta delantera del copiloto.
—¡Fred!
Mientras Gillian se acomodaba en el coche, Madisyn miró a Fred con frustración y le susurró enfadada: —¿Cómo has podido dejarla entrar?
Gillian tenía claramente malas intenciones y no dejaba de mencionar a Belinda. Si Gillian descubría que Belinda estaba en el coche, las consecuencias podrían ser desastrosas.
—Ha sido idea de Hattie.
Fred apretó con fuerza los hombros de Madisyn. —Si no la dejamos entrar, la multitud seguirá creciendo y provocará un atasco aún mayor. Y si esto se publica en Internet, volverás a ser el centro de atención.
Le dio una palmada en el hombro a Madisyn para tranquilizarla. —No te preocupes. Hattie sabe lo que hace.
Madisyn, con el rostro reflejando su lucha interior, se mordió el labio y dejó que Fred la guiara de vuelta al coche.
—Madisyn.
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