Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 524
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Capítulo 524:
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En el escenario, Cathy miró fijamente el colgante que tenía en la mano y luego miró a Kristopher. Se sintió mareada por un momento.
¡No esperaba que Belinda tuviera un colgante así!
¡Joyce no había mencionado nada sobre un colgante en su nota! Hasta hoy, Cathy no sabía nada de su existencia.
Pero ahora…
Al ver la expresión preocupada de Kristopher, se le encogió el corazón.
¿Estaba a punto de ser descubierta?
No, ¡eso no podía suceder!
Cathy se mordió nerviosamente el labio, sumida en sus pensamientos. Rápidamente, cogió su teléfono y marcó un número.
Cuando se conectó la llamada, habló en voz baja, apretando los dientes. «¿Has llegado a ese tramo de carretera?».
Tras recibir la confirmación de la persona al otro lado, ordenó: «Muy bien, actúa ahora. ¡No debe quedar ningún superviviente!».
Al terminar la llamada, se volvió hacia Kristopher con una sonrisa maníaca en el rostro.
Incluso con ese colgante, ¿qué podía hacer Belinda?
Esta vez, Cathy tenía la intención de eliminar tanto a Belinda como a Joyce.
Sin testigos, Cathy podría inventarse cualquier historia en el futuro. ¡Nadie volvería a interponerse entre ella y Kristopher!
De camino al aeropuerto, el elegante coche negro avanzaba a toda velocidad.
Belinda estaba sentada junto a Joyce y se recostó en el asiento, agarrando un par de anillos en una mano y la mano de Joyce en la otra.
Esos dos anillos…
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Eran los anillos de boda que había diseñado para Kristopher y Cathy.
Ya se había resignado a su destino y había creado esos anillos…
Pero…
Antes de la ceremonia, cuando el empleado de la joyería se los había entregado, se había detenido y los había cambiado.
Kristopher no se merecía sus anillos ni su bendición.
Antes, Belinda había sido tímida y asustada, temiendo que Kristopher impidiera que sus joyas llegaran a las tiendas.
Quería que salieran a la venta para honrar el sueño de Joyce y el suyo, para demostrar que había cumplido su palabra y había hecho todo bien.
Pero ahora, con Joyce a su lado, nada de eso importaba ya.
Le había entregado todas las joyas que había diseñado a Darren. Fuera cual fuera el resultado, lo había dado todo.
Ahora ya no tenía miedo de molestar a Kristopher.
Imaginando su reacción ante los anillos falsos en la fiesta de compromiso, Belinda no pudo evitar sonreír.
Mirando a Joyce en la silla de ruedas, susurró: «Joyce, lo sé… Si supieras lo que me ha pasado en los últimos tres años… quizá reaccionarías como Madisyn, sintiéndote decepcionada y pensando que soy un fracaso».
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