Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 400
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 400:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Las lágrimas de Cathy fluían libremente mientras continuaba: «Kristopher, ¿crees que a mi hermana realmente solo le quedan dos meses? Durante años, le hemos dicho a todo el mundo que Joyce está muerta. Mamá oyó a alguien decir que declarar a alguien muerto engaña a la muerte y puede hacerle creer que se ha ido… y entonces vive. Pero ahora alguien está usando el nombre de Joyce y dice que solo le quedan dos meses. ¿Qué quieren decir? ¿La están maldiciendo?».
Kristopher suspiró y su mirada se suavizó mientras le tomaba la mano. «No te preocupes. Ya he hecho los arreglos necesarios para que vengan y ahora mismo están abajo. Enfrentémonos juntos y veamos qué tienen que decir. Si solo es una coincidencia y la diseñadora tiene el mismo nombre que tu hermana y realmente está terminal, debemos ser comprensivos».
Cathy sorbió por la nariz y asintió con fervor. —Si solo es una coincidencia, entonces debe ser el destino. Cuando salga su colección, ¡estaré encantada de promocionarla gratis!
Una sonrisa fría y satisfecha se dibujó en sus labios cuando Kristopher desvió su atención hacia otro lado. ¿De verdad creía Belinda que hacerse pasar por Joyce haría que Kristopher recordara su pasado? Ni por asomo.
Belinda y Darren siguieron a los sirvientes hasta el salón de té de Evelyn. Los recuerdos de su última visita aún estaban frescos en la mente de Belinda, lo que la hizo fruncir el ceño.
Darren, en marcado contraste con la actitud fría de Belinda, prácticamente vibraba de emoción. Se sentó en una silla, frotándose las manos mientras sus ojos recorrían la habitación. —Vaya, Belinda —exclamó—, ¡la dueña tiene un gusto increíble! ¡Todos estos muebles son de madera de jerez! ¿Tienes idea de lo raro que es eso? ¡Es increíble ver tantos!
Belinda murmuró una respuesta, con la cabeza gacha mientras ordenaba meticulosamente su portafolio de diseños. Independientemente del resultado de la colaboración, estaba decidida a mostrar su talento. Si las cosas no salían bien, no sería por falta de habilidad.
La puerta se abrió con un chirrido y Avery entró con una bandeja de té. Cuando Belinda había visto a Avery en su visita anterior, le había parecido familiar. Pero ahora, con la creciente certeza de que Joyce era la hermana de Cathy, volver a ver a Avery le refrescó la memoria. ¡Era la mujer que había cuidado de Joyce, la buena cocinera!
Al darse cuenta de ello, Belinda observó a Avery mientras vertía el té con la cabeza gacha. —Avery Tucker, ¿verdad? —preguntó, levantando una ceja.
Úʟᴛιмσѕ ¢нαρтєяѕ єɴ ɴσνєʟa𝓈𝟜𝒇𝒶𝓃.с𝓸м
Avery se quedó paralizada, derramando un poco de té sobre la mesa. Nerviosa, bajó la cabeza y cogió una servilleta para limpiar el derrame. Su reacción, aunque tácita, era reveladora.
Belinda apretó la mandíbula. Agarró la mano de Avery mientras esta limpiaba la mesa. —Avery, tú cuidaste de Joyce, ¿verdad?
Tomada por sorpresa, Avery intentó soltar la mano. «No sé de qué estás hablando», balbuceó.
Durante su anterior encuentro, Avery había reconocido a Belinda inmediatamente y no había podido evitar mirarla varias veces. Esas miradas prolongadas le habían valido una reprimenda de Evelyn, que la había culpado de revelar demasiado.
Avery se puso nerviosa y movió la mano. —¡Suéltame!
—Eres Avery Tucker. ¡No lo niegues! —Belinda le agarró la muñeca con fuerza—. ¿Dónde está Joyce ahora? ¿Sigue en el extranjero con su tío?
Avery apretó los labios y, con todas sus fuerzas, finalmente se soltó de la mano de Belinda. —¡No lo sé!
Dicho esto, se dio la vuelta y salió corriendo del salón de té.
.
.
.