Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 390
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Capítulo 390:
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«Sería raro que no encontrara este lugar», dijo Belinda con calma. Rápidamente desconectó el teléfono de Joyce del ordenador, lo apagó y lo guardó debajo del colchón. «Teniendo en cuenta sus recursos e influencia, que haya tardado dos días en encontrarnos significa que Marlene y tú lo habéis hecho excepcionalmente bien».
Tras sus rápidas acciones, le entregó el portátil a Fred. «Guarda esto», le indicó.
Fred frunció ligeramente el ceño y se dispuso a coger el portátil justo cuando la puerta del dormitorio se abrió de golpe. En ese momento, Belinda, apoyada contra el cabecero con el pelo ligeramente revuelto, estaba arreglando la cama. Fred estaba a su lado, con el portátil en la mano, listo para esconderlo.
Sus acciones eran puramente platónicas, pero Kristopher sintió una punzada incómoda al verlos juntos en la misma habitación. La naturalidad y la calma entre Fred y Belinda sugerían una profunda amistad. Esa sensación de cercanía sumió a Kristopher en un estado de melancolía inexplicable.
Recordó la época en la que Belinda apenas tenía amigos varones. Su vida había sido muy limitada, girando solo en torno a él, Anthony y Madisyn. Ni siquiera sus padres biológicos o Gillian, su hermana no consanguínea, formaban parte de su círculo íntimo. Sin embargo, estaba Fred. ¿Cuánto tiempo llevaba en su vida? ¿En qué se basaba la evidente confianza y dependencia mutua?
Fred había pedido ayuda a Belinda una vez, cuando estuvo a punto de ser secuestrado en el colegio. Ella estuvo dispuesta a negociar con Kristopher por la seguridad de Fred.
Cuando Belinda sufrió un episodio y vomitó sangre en la comisaría, decidió no informar a Madisyn, sino pedirle a Fred que la acompañara. Se escondieron juntos durante dos días, lo que demostró el vínculo cada vez más fuerte que los unía.
Reflexionando sobre esto, Kristopher entrecerró los ojos mientras miraba a Belinda, que estaba recostada contra la cama. Caminó lentamente hacia ella. —Belinda, me has hecho buscarte mucho —dijo, con una mezcla de frustración y alivio en la voz.
Aquella fatídica noche, cuando su llamada telefónica terminó inesperadamente, se había apresurado a ir a la comisaría, solo para enterarse de que había sufrido un episodio y había vomitado sangre. Impulsado por la preocupación, había movilizado a todos los guardaespaldas disponibles, prácticamente poniendo Nawrin patas arriba en su desesperada búsqueda.
En los últimos días, la preocupación por ella le había quitado el sueño y le había quitado el apetito. Además, Anthony le había presionado aún más, insistiendo en que encontrara a Belinda o que no se molestara en volver a casa. Bajo tanta presión, había buscado sin descanso, tanto de día como de noche.
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¿Y cuál había sido el resultado? Allí estaba ella, aparentemente despreocupada, escondida, viendo películas y tomando té con Fred como si estuvieran de vacaciones.
Belinda frunció el ceño al mirar a Kristopher, con voz fría y distante. «¿Qué quieres de mí?». Entendía que la búsqueda implacable de Kristopher estaba motivada por las acusaciones de Cathy.
Cathy había afirmado que Belinda le había robado algo. Su dedicación lo había llevado a tomar medidas extremas, incluida una visita directa a la residencia de Marlene. Aunque sus acciones podrían haber parecido conmovedoras en otras circunstancias, Belinda decidió mantener su fachada, frunciendo ligeramente el ceño mientras fingía no ser consciente de la gravedad del asunto. Esbozó una sonrisa, ocultando sus verdaderos sentimientos. —¿Me buscas porque estás preocupado?
La sonrisa en el rostro de Belinda hizo que el comportamiento de Kristopher cambiara abruptamente, y sus ojos se volvieron fríos. —¿Si no? Si no estoy aquí por preocupación, ¿crees que he venido a darte caza? —espetó con tono gélido.
Belinda se burló para sus adentros mientras reflexionaba sobre sus acciones. A pesar de afirmar que estaba preocupado por ella, había contratado a casi diez mil guardaespaldas para que la localizaran en la ciudad, sospechando que había robado las pertenencias de Cathy. Más que una búsqueda, parecía una caza, o al menos algo muy parecido. ¿Desde cuándo se había vuelto tan hábil mintiendo, igual que Cathy?
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