Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 39
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Capítulo 39:
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La expresión de Darren se ensombreció. —Sr. Cox, esa no es forma de expresarlo.
—Solo estoy diciendo la verdad.
Con una sonrisa burlona, Kristopher miró la mano de Darren, que seguía entrelazada con la de Belinda. —Parecéis muy íntimos.
Al oír esto, Darren soltó rápidamente la mano de Belinda. —Estás malinterpretando la situación entre Belinda y yo.
Kristopher se burló, con la mirada helada mientras miraba a Belinda. —Entonces, quieres divorciarte por él, ¿no?
Le había atormentado la culpa, creyendo que su deseo de divorciarse se debía a su preferencia por Cathy y al maltrato que le había infligido su familia.
¡No había considerado que pudiera quererlo por Darren!
Belinda, tomada por sorpresa, esbozó una sonrisa amarga. —Darren no tiene nada que ver con esto.
Darren frunció el ceño. —Kristopher, fuiste tú quien fue infiel, quien tuvo una aventura durante tu matrimonio. ¡No intentes manchar el nombre de Belinda!
—Desde que Cathy regresó, has estado muy inestable, has interrumpido tu embarazo y has declarado públicamente nuestra separación.
Kristopher entrecerró los ojos y volvió a burlarse. —Sentí remordimientos al pensar que te había descuidado en favor de Cathy. Pero ahora está claro que has estado con Darren todo este tiempo. ¡Esto es solo una actuación para justificar nuestro divorcio!
Belinda apretó la mandíbula y se aferró con fuerza a la manta, sintiendo un nudo de dolor en el estómago.
—¡Kristopher!
La voz de Darren denotaba una mezcla de advertencia y angustia mientras se adelantaba y se interponía entre Kristopher y Belinda. Podía ver la incomodidad grabada en el rostro de Belinda, y eso lo impulsó a actuar. —Belinda está enferma. ¡Cuida tu boca!
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Una sombra de irritación cruzó el rostro de Kristopher. Observar la preocupación que ensombrecía la expresión de Darren no hizo más que avivar su irritación.
Con un tirón brusco de la corbata y un gesto de desprecio en los labios, replicó: —He comprobado su estado antes de venir aquí. Solo es un malestar estomacal, nada alarmante. —Su sonrisa se amplió—. Anoche viste que a Cathy le sangraba la boca, así que enseguida fingiste que tú también vomitabas sangre, ¿verdad?
De verdad, Belinda, has mejorado mucho como actriz», se burló, sin ocultar su incredulidad.
Casi lo había convencido.
Belinda sintió un nuevo pinchazo en el estómago al asimilar sus palabras. Luchando contra el sabor amargo y metálico que amenazaba con abrumarla, esbozó una sonrisa forzada.
Había convencido al médico de que mantuviera en secreto su verdadero estado, pero Darren había descubierto la verdad de alguna manera.
Si Kristopher mostrara una pizca de la preocupación de Darren, tal vez habría visto más allá de su fachada.
—No está fingiendo —insistió Darren, con voz firme y protectora. Estaba furioso—. Kristopher, ¿no tienes ningún sentido de la decencia? Belinda en realidad…
—¡Darren! —lo interrumpió Belinda bruscamente, antes de que pudiera revelar su enfermedad.
A Kristopher no le importaba en absoluto su estado, y ella desde luego no quería su compasión.
Su matrimonio era una reliquia del pasado. Ella solo anhelaba el divorcio, recuperar su libertad antes de que su vida llegara a su fin, jurando no volver a entrelazar su destino con el de él.
Darren se detuvo a mitad de la frase, dándose cuenta de que era mejor no continuar.
Kristopher entrecerró los ojos, con una intensidad fría en la mirada.
En el momento en que Belinda interrumpió, Darren cayó en un silencio inquietante. Guardaban secretos entre ellos, y su profunda familiaridad era similar a la de una pareja casada desde hacía mucho tiempo.
Mientras se ajustaba la corbata, Kristopher sintió una opresión en el pecho.
Se puso de pie y miró a Belinda con desdén mientras ella se apoyaba débilmente en la cama del hospital. «Una vez me declaraste tu amor, jurando que nada de lo que yo dijera podría alejarte de mí. Ahora, al encontrar a alguien nuevo, tramas dejarme. ¿Te crees el centro del universo? ¿Que puedes casarte y divorciarte a tu antojo?».
Soltó una risa fría. «¡Mientras no me divorcie de ti, siempre serás miembro de la familia Cox hasta la muerte!».
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