Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 385
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 385:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Mientras hablaba, Marlene le ofreció la taza a Belinda, animándola a beber. «Estás luchando contra un cáncer avanzado. Mantener la estabilidad emocional es vital, especialmente con algo tan grave como el cáncer de estómago».
Marlene fijó la mirada en Belinda, con expresión preocupada. «La noche que Fred te trajo aquí, me alarmé mucho. Eres tan joven y llena de vida. Me duele verte soportar en silencio una carga tan pesada. Esa noche, el peso de tus emociones reprimidas te abrumó y provocó reacciones físicas graves. Tu cuerpo no pudo soportar la tensión».
Después de compartir sus pensamientos, la expresión de Marlene se volvió seria. «Pero has tenido dos días de descanso. Deberías sentirte mucho mejor. ¿Cómo estás ahora?».
Belinda escuchó a Marlene con la atención de una estudiante sorprendida en falta, mientras sostenía la taza de té. Después de terminar su té, dejó la taza sobre la mesa y miró a Marlene, con una expresión de vergüenza en el rostro. —Yo… me siento mucho mejor ahora, Dra. Reid. Gracias.
—Me alegro de oírlo —respondió Marlene.
Marlene se puso de pie y miró brevemente el teléfono que Belinda tenía en la mano. —Tu teléfono no ha dejado de sonar en los últimos dos días. Podrían ser llamadas de tu familia o del trabajo. Fred y yo no sabíamos la contraseña de tu teléfono, así que no pudimos contestar ninguna llamada en tu nombre. Ahora que estás despierta, puedes ocuparte tú misma.
Belinda asintió tras una breve pausa. —De acuerdo.
Una vez que Marlene salió de la habitación, Belinda se recostó contra el cabecero y desbloqueó el teléfono.
La pantalla se iluminó con cientos de llamadas perdidas. Docenas de Madisyn, una docena de Cathy y la gran mayoría de… Kristopher.
Belinda se quedó atónita ante la gran cantidad de llamadas. Kristopher la había llamado tantas veces en solo dos días… ¿De verdad no tenía nada mejor que hacer?
Justo cuando Belinda se quedaba desconcertada, su teléfono volvió a sonar. La llamada era de Kristopher.
Solo disponible en ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.𝒸ø𝓂 sin censura
Al ver el nombre en la pantalla, su expresión se tornó en un fruncimiento. Estaba a punto de contestar cuando…
—¡No contestes! —Fred acababa de regresar con una taza de té para ella. Dejó la taza con brusquedad y le puso la mano sobre la suya para impedir que contestara la llamada.
—¡Belinda, no contestes! —le instó con expresión seria—. No puede ser nada bueno que te llame.
Belinda se sobresaltó por un momento, pero rápidamente volvió a dejar el teléfono. Miró a Fred con una mezcla de confusión y preocupación. —¿Qué ha pasado? —preguntó.
—Kristopher ha estado peinando Nawrin en tu búsqueda durante los últimos días —explicó Fred, respirando hondo—.Internet está en llamas con vídeos de los guardaespaldas del Grupo Cox registrando toda la ciudad».
Mientras hablaba, Fred le mostró algunos vídeos en su teléfono. En ellos se veía a grupos de personas vestidas de negro realizando registros. «El Grupo Cox ha desplegado más de diez mil guardaespaldas para encontrarte», reveló.
Al ver esos vídeos, Belinda sintió una oleada de conmoción. Cientos de llamadas perdidas, más de diez mil guardaespaldas… ¿Cuál era el objetivo de Kristopher? ¿Solo encontrarla?
Al ver la conmoción en los ojos de Belinda, Fred suspiró. —Belinda, al principio pensé que Kristopher estaba haciendo todo lo posible por encontrarte porque se preocupaba por ti. Al fin y al cabo, estuvisteis casados durante tres años y tu reciente problema de salud fue culpa suya. Quizás se sentía culpable y quería pedirte perdón. Pero…
.
.
.