Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 371
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 371:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Una vena en la frente de Kristopher palpitaba visiblemente. —¿Belinda dijo eso?
Cathy bajó la mirada, evitando el contacto visual. —Sí… Eso es lo que dijo la señorita Nelson.
La expresión de Kristopher se tensó. «¿Cómo se fue? ¿Alguien vino a recogerla?».
Cathy negó con la cabeza. «La señorita Nelson… Se fue sin zapatos».
«¡Qué tonta!». Kristopher se levantó bruscamente, cogió su chaqueta del respaldo de la silla y se dirigió hacia la puerta.
El centro de la ciudad estaba a casi seis millas de distancia y las carreteras estaban vacías por la noche. ¿De verdad pensaba caminar todo ese camino descalza?
—¡Kristopher!
—gritó Cathy, con voz alarmada al verlo coger la chaqueta, claramente dispuesto a marcharse. Corrió hacia él y lo agarró del brazo, con evidente preocupación—. Aún no hemos cenado. ¿Adónde vas?
Kristopher se apartó suavemente y miró por la ventana, donde la noche había caído por completo—. No es seguro que vaya sola a estas horas.
Cathy comprendió inmediatamente que se refería a Belinda. Apretándole el brazo con más fuerza, insistió: —Aunque la señorita Nelson se haya ido por su cuenta, ¿y si alguien ha venido a recogerla? Si ha decidido irse sola, debería haber organizado el regreso.
Reprimiendo cualquier atisbo de celos o resentimiento, Cathy suavizó el tono. —Avery casi ha terminado de cenar. Se ha esforzado mucho esta noche y ha preparado unos platos extra solo para ti. Teniendo en cuenta que tiene más de cincuenta años, es todo un esfuerzo. No estaría bien irse sin probar nada, ¿no?
Kristopher frunció el ceño y se detuvo en su marcha, vacilando en su decisión. Por un lado, sentía una punzada de culpa por decepcionar a la anciana sirvienta. Por otro, hacía años que no probaba la cocina de Avery y la echaba de menos.
—Sí, Kristopher, por favor, no te vayas todavía —se unió Evelyn desde un lado, con un tono de urgencia—. ¡Cenemos juntos como una familia de tres! Además, aunque te fueras, no cambiaría mucho esperar un poco más. Como mucho, tardarás media hora. No es que la señorita Nelson vaya a meterse en problemas precisamente durante esta media hora, ¿verdad?
Aunque las palabras de Evelyn pretendían persuadirlo para que se quedara, sin quererlo hicieron que Kristopher se diera cuenta de algo: el peligro podía acechar en cualquier momento. Unos días antes, Anthony había advertido a Kristopher de que se había avistado una manada de lobos en las carreteras suburbanas por la noche. Anthony había mencionado que la ecología de Nawrin estaba mejorando, lo que provocaba un aumento de la actividad de los lobos al anochecer.
Sigue leyendo en ɴσνєℓα𝓼𝟜ƒα𝓷.c🍩𝗺 antes que nadie
Con una oleada de determinación, Kristopher liberó rápidamente su brazo del agarre de Cathy. —Disfrutaré de la cocina de Avery en otra ocasión. Ahora mismo, debo encontrar a Belinda.
Y con eso, se alejó apresuradamente.
—¡Kristopher!
Al ver que Kristopher seguía decidido a marcharse, Cathy lanzó una mirada feroz a Evelyn antes de salir corriendo tras él. —Llévame contigo. No debería haber dejado que la señorita Nelson se fuera sola, yo también soy responsable.
Mientras los dos atravesaban el salón, acercándose a la puerta principal, la voz de Avery los interrumpió desde la cocina. «¡La comida está casi lista! ¿No vais a comer?».
El aroma tentador que salía de la cocina detuvo a Kristopher en seco. Se volvió hacia Avery. «Tengo algo urgente que hacer. ¿Puedes empaquetar la comida para llevar?», preguntó apresuradamente.
.
.
.