Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 359
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Capítulo 359:
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Al notar que él no protestaba, Evelyn se relajó. Continuó inventando la historia con más facilidad. «Ya has oído a Avery mencionar a la hermana de Cathy… La verdad es que, después del accidente, Cathy ha conservado cuidadosamente las pertenencias de su hermana. Cada vez que siente el dolor de su ausencia, las saca para sentirse más cerca de ella. Pero dada su salud actual…».
Evelyn dejó escapar un suspiro de cansancio. —Me preocupa que ver las cosas de su hermana pueda emocionar demasiado a Cathy, así que las he trasladado al sótano. Aun así, Cathy suele bajar allí para llorar su pérdida…
Su mirada se cruzó con la de Kristopher mientras continuaba. «Así que, si Avery mencionó que había pasado algo en el sótano relacionado con Joyce… es probable que Cathy volviera allí, se sintiera abrumada y sufriera una recaída». Mientras hablaba, se secó los ojos dramáticamente con un pañuelo.
«Kristopher, tú sabes lo unida que estaba Cathy a su hermana…».
La expresión de Kristopher se suavizó al ver las mejillas manchadas de lágrimas de Evelyn. Cualquier rastro de sospecha se desvaneció, sustituido por la culpa.
Se dio cuenta de que no debería haber despertado recuerdos tan dolorosos.
Se levantó y dijo en voz baja: «Iré a ver cómo está Cathy».
Atrapada en su engaño, Evelyn se quedó paralizada por un momento antes de que el pánico se apoderara de ella. De hecho, el sótano guardaba muchas de las pertenencias de Joyce, y Evelyn sabía que Cathy odiaba cualquier recuerdo de su hermana. Sin embargo, había un secreto mucho más oscuro escondido aún más en las profundidades del sótano.
Joyce estaba viva, mantenida en estado vegetativo, sostenida únicamente por una serie de máquinas médicas. La decisión de Kristopher de bajar allí ahora suponía un grave riesgo. La revelación de que Joyce seguía viva podría ser explicada por Evelyn y Cathy en otras circunstancias, pero…
Los ojos de Evelyn se dirigieron inconscientemente hacia Belinda, que estaba sentada junto a Kristopher. Si Belinda descubría la verdad sobre Joyce y la tensa relación entre Cathy y Joyce, arruinaría todos los esfuerzos de Cathy a lo largo de los años y dejaría sin sentido la situación actual de Joyce.
Peor aún, cuando Kristopher dirigió su atención hacia Belinda, que parecía indiferente mientras bebía su té, una expresión de irritación se dibujó en su rostro.
—Deja de beber. ¿No se suponía que ibas a hablar con Cathy?
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Belinda dejó a un lado la taza de té y se acercó a él con una sonrisa burlona. —Está bien. Iré a compartir el dolor de la señorita Miller por su hermana. Veamos qué síntomas ha desencadenado ahora este dolor. Quizás pueda ser de alguna ayuda.
Su tono rezumaba sarcasmo.
Kristopher le lanzó una mirada fría antes de dirigirse hacia la puerta. —¿Dónde está el sótano?
Al darse cuenta de que Kristopher estaba decidido a llevar a Belinda directamente al corazón de su secreto, Evelyn se sintió presa del pánico. Sin pensarlo, se abalanzó hacia delante y bloqueó el paso a Belinda con los brazos extendidos. —¡No puedes ir!
El comportamiento de Evelyn se desviaba mucho de su imagen habitual de mujer rica y serena.
Tanto Belinda como Kristopher levantaron la vista, completamente atónitos.
Al darse cuenta de sus miradas desconcertadas, Evelyn se percató de su error. Bajó los brazos con torpeza, pero se mantuvo firme, bloqueando el paso a Belinda. —Quiero decir que son invitados aquí. ¿Por qué iba a recibir a mis invitados en el sótano?
Mientras hablaba, sus ojos se dirigieron nerviosamente hacia las lejanas escaleras. «Además… El sótano contiene todas las pertenencias de mi difunta hija menor… No es un lugar para visitas. Ya le he pedido a Avery que traiga aquí a Cathy».
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