Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 303
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Capítulo 303:
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Sus palabras apagaron momentáneamente la cálida sonrisa de Cathy. Ella frunció los labios y luego miró al camarero. «En ese caso, yo tomaré el café con leche y caramelo».
Después de que el camarero se marchara, Cathy se volvió hacia Kristopher con una mirada de curiosidad. «¿Cuándo tomaste el café con leche y caramelo aquí?». Le guiñó un ojo y añadió: «¿Fue cuando yo no estaba y viniste aquí solo, pensando en mí?».
Kristopher esbozó una sonrisa evasiva, desviando la mirada hacia el letrero lejano de la Universidad de Nawrin, con expresión pensativa. Efectivamente, había estado antes en esa cafetería, pero no había estado solo.
En aquel entonces, Kristopher acababa de salir de un estado vegetativo que había durado medio año, despertando de un coma profundo y resistente a cualquier cambio en el mundo exterior. Cada día se sentaba obstinadamente en su silla de ruedas, negándose a levantarse, interactuar o comunicarse, y a menudo mostraba reacciones temperamentales e incluso histéricas.
En aquel momento, la persona a la que más odiaba era Belinda, que se había casado con él mientras estaba inconsciente. Sin embargo, ella era también la que más paciencia le mostraba. A pesar de su resistencia y sus arrebatos de ira, Belinda lo había llevado persistentemente a esta misma cafetería, muy cerca de la Universidad de Nawrin, contándole siempre historias de sus días de estudiante allí. Le contaba su trayectoria, desde que era una simple chica de campo hasta que poco a poco se fue adaptando a la vida urbana. Sus esfuerzos dieron sus frutos, ya que hizo buenos amigos y se ganó el respeto de sus compañeros.
Sus historias eran clichés y mundanas, pero a menudo se perdía en sus recuerdos y su risa llenaba el aire mientras contaba anécdotas de viejos amigos y experiencias pasadas.
Al principio, Kristopher se mostraba desdeñoso y la interrumpía con sarcasmo, convencido de que ella estaba fuera de lugar.
Pero con el tiempo, su sinceridad persistente, evidente en el brillo de sus ojos, comenzó a conmoverlo. Al final, no solo la escuchaba, sino que también comenzó a acompañarla voluntariamente, bebiendo su café con leche y caramelo favorito mientras ella repetía las mismas historias.
Aunque le costaba admitirlo, su energía vibrante le afectaba de verdad. Bajo su influencia, empezó a aceptarse a sí mismo como alguien que había estado gravemente enfermo y comenzó a abrazar el mundo que casi le había abandonado. El camino hacia la recuperación, el reaprendizaje, volver a levantarse y recuperar el control del Grupo Cox fue duro.
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En este viaje, Belinda y sus historias desempeñaron un papel crucial. Hubo incluso un momento en el que pensó que pasar su vida con alguien como Belinda no estaría tan mal.
Eso fue hasta que descubrió sus verdaderos motivos y la realidad que se escondía tras su presencia inquebrantable. A partir de ese momento, sus interacciones fueron puramente obligatorias, desprovistas de cualquier conexión más profunda.
Nunca volvió a ese café y, con el tiempo, empezó a disgustarle el sabor del café con leche y caramelo.
—¿Kristopher?
Al darse cuenta de que Kristopher estaba perdido en sus pensamientos, mirando fijamente al campus de la universidad, Cathy frunció el ceño con fastidio y lo llamó.
Saliendo de su ensimismamiento, le dedicó una sonrisa a Cathy. «¿No vas a enseñarme la ciudad?».
Su rostro mostraba un ligero gesto de incomodidad. En su día, había antepuesto la diversión a los estudios y no había aprobado las pruebas de acceso a ninguna universidad normal, y mucho menos a la prestigiosa Universidad de Nawrin.
Cuatro años atrás, en un intento por convencer a Kristopher de que era su salvadora, había hecho todo lo posible por falsificar un título universitario de Nawrin que pareciera auténtico.
A pesar de sus esfuerzos, una falsificación siempre sería una falsificación.
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