Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 148
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Capítulo 148:
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Fred no sabía nada de las animadversiones entre el trío, que se remontaban a más de tres años atrás. Sin embargo, cuando escuchó la conversación entre Belinda y Kristopher, no pudo reprimir una risa.
—¿Así que su novio queda en estado vegetativo tras el accidente y ella huye del país sin mirar atrás? Parece que solo está evitando las consecuencias, ¿no? Quiero decir, eso no tiene justificación, ¿verdad?
Terminó, echando un vistazo a la expresión sombría de Kristopher, y esbozó una sonrisa pícara. «Solo comento los chismes, sin ánimo de ofender, señor».
«Kristopher…».
Cathy, con los ojos llenos de lágrimas, agarró la mano de Kristopher y se acurrucó contra él. «Por favor, no te lo tomes a pecho. Lo que dicen no me afecta. Mientras tú comprendas realmente a lo que me enfrento». Su voz temblaba, era apenas un susurro.
La expresión de Kristopher se ensombreció al recordar los informes médicos que había revisado anteriormente y que confirmaban que Cathy luchaba contra un cáncer de estómago avanzado. Incluso había preguntado al médico sobre la intensidad del dolor que podía provocar. La descripción del médico era inquietante: «El dolor puede intensificarse hasta el punto de que ningún analgésico pueda aliviarlo».
Reflexionar sobre el sufrimiento de Cathy lo llenó de tristeza. Ella le había salvado la vida cinco años antes; ahora, afectada por esta cruel enfermedad, se enfrentaba a un dolor inmenso mientras él se quedaba al margen, sintiéndose completamente impotente.
Kristopher levantó la vista y miró a Belinda con una mirada gélida. —Tengo controladas las noticias en Internet. No hace falta que vayas a por Cathy. Ella no ha hecho nada malo.
Belinda se burló. ¿Cuándo había ido ella tras Cathy? ¡Era evidente que era Cathy quien había ido tras ella!
—Kristopher, agradezco tu confianza en mí y que me apoyes —murmuró Cathy, con voz teñida de gratitud mientras se aferraba a su robusta cintura—. Si no fuera por ti… estaría enfrentándome a acusaciones infundadas…
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Belinda volvió a poner los ojos en blanco.
—Belinda, las fotos.
La voz de Fred rompió la tensión, en tono bajo.
Belinda salió de sus pensamientos y respondió con un resoplido desdeñoso. —Si insistes en mantener nuestro certificado de matrimonio fuera de Internet y no quieres que comparta con el público lo que pasó hace tres años, puedo vivir con ello. Pero…
Levantó la mirada hacia Kristopher mientras hablaba. —Sr. Cox, espero que pueda aceptar tres condiciones. Si lo hace, le prometo que nunca mencionaré nuestro matrimonio ni los acontecimientos de hace tres años en público.
Kristopher entrecerró los ojos. —Continúa.
El rostro de Belinda se iluminó con una sonrisa de satisfacción y triunfo, lo que le hizo sospechar de repente que la estaban manipulando.
Una vez que Kristopher asintió con la cabeza, Belinda se mostró alegre.
—Primero, tienes que cumplir las promesas que hiciste. Borra las fotos y las copias de seguridad de tu teléfono, y la apuesta que hicimos en el hipódromo la última vez: transfiéreme el dinero. Segundo, necesito que borres toda la prensa negativa sobre mí en Internet para evitar que mi reputación se vea más afectada. Y, por último…
Sus ojos se clavaron en Kristopher y Cathy con una mirada intensa. «Tenemos que ir al juzgado en tres días y formalizar nuestro divorcio».
Al principio, Belinda había esperado que fuera Kristopher quien sugiriera el divorcio. Sin embargo, al ser testigo de su cercanía con Cathy, cada día que pasaba se resentía más por su matrimonio. Por lo tanto, expuso sus condiciones con claridad. Quería divorciarse de él en tres días.
La prolongada relación no solo era emocionalmente agotadora, sino también físicamente, sobre todo teniendo en cuenta que estaba luchando contra un cáncer en fase terminal.
«¡De acuerdo!
Antes de que Kristopher pudiera responder, Cathy intervino con evidente entusiasmo: «¡Entonces está decidido!».
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