Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 140
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 140:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Kristopher se detuvo un momento.
Tras un breve silencio, exhaló profundamente y volvió al lado de Cathy, alisando con cuidado una arruga en su manta. «¿Por qué me preguntas eso de repente?».
Los ojos de Cathy estaban húmedos por las lágrimas contenidas. —Yo también soy una paciente. En realidad quieres dejarme sola e irte con ella…
Se mordió el labio, con la mirada fija en él. —Kristopher, ¿quién es más importante para ti, yo o Belinda?
Su voz temblaba por la emoción, pero no hizo ningún intento por bajarla. Por reflejo, Kristopher miró hacia el pasillo.
Belinda, que ya debería estar de camino al ascensor, estaba de pie en el pasillo, de espaldas a ellos, aparentemente ocupada en algo que él no podía distinguir.
Una punzada de inquietud se apoderó del pecho de Kristopher.
Las palabras de Cathy habían sido lo suficientemente altas. Probablemente Belinda las había oído. Y allí estaba…
¿Realmente se encontraba mal y había decidido descansar un momento apoyada contra la pared, o era otra cosa? ¿Se había quedado allí esperando su respuesta, igual que Cathy? Una sonrisa fría se dibujó en los labios de Kristopher.
¿No había declarado Belinda que ya no le importaba y que quería el divorcio?
Entonces, ¿por qué parecía tan ansiosa por saber qué lugar ocupaba en su corazón? Una sonrisa fría se dibujó en sus labios mientras reflexionaba.
—Cathy, ¿recuerdas la promesa que te hice cuando nos volvimos a ver después de tantos años?
Cathy se detuvo, con expresión incierta por un momento, antes de que sus ojos se iluminaran. —¡Me dijiste que, aparte de tu familia, yo era la persona más importante de tu vida!
—Así es.
Historias completas solo en ɴσνєʟα𝓼4ƒαɴ.ç𝓸m para ti
La mirada de Kristopher se desvió hacia ella y se fijó en la figura de Belinda, apoyada contra la pared en la distancia. —Y eso no ha cambiado.
El cuerpo de Belinda se estremeció sutilmente cuando las palabras de Kristopher resonaron en su mente.
A continuación, dio un paso vacilante y comenzó a caminar lentamente hacia el ascensor.
Al observarla, Kristopher no sintió la alegría que esperaba. En cambio, una sensación sofocante le oprimía el corazón, como si estuviera envuelto en plástico.
—Entonces, Kristopher, ¿estás diciendo que yo soy más importante para ti que Belinda, verdad?
La voz de Cathy se hizo más fuerte por la emoción, casi como si quisiera que todo el mundo la oyera. —¡Lo sabía! ¡Yo soy lo más importante para ti!
Mientras tanto, Belinda, con pasos débiles, llegó al ascensor y se quedó mirando los números que cambiaban en la pantalla.
Llevaba muchos años enamorada de Kristopher y, a pesar de la pregunta directa de Cathy, una pizca de esperanza seguía viva en su corazón. Sin embargo, incluso sin la confirmación que tanto ansiaba, el dolor en su corazón apenas se agitó.
Todo el mundo sabía que Kristopher prefería a Cathy.
Belinda había aceptado esa realidad.
Unos instantes después, llegó el ascensor.
Recuperando la compostura, Belinda entró y pulsó rápidamente el botón para cerrar las puertas.
Justo cuando estas se cerraban, una mano delgada y pálida se introdujo en la abertura.
Las puertas se abrieron de nuevo.
Belinda abrió los ojos con sorpresa al ver al hombre de negro allí de pie.
¿No estaba él acurrucándose con Cathy? ¿No quería Cathy que se quedara a su lado?
¿Cómo había aparecido allí?
Kristopher entró en el ascensor y se colocó cerca de Belinda.
El sutil aroma que desprendía la hizo apartarse. Frunció el ceño, desconcertada. —¿No se suponía que debías cuidar de la señorita Miller?
Kristopher pulsó el botón del segundo piso. —Te dije que te traería de vuelta y que haría lo que te prometí de camino».
Él le lanzó una mirada de reojo. «¿Por qué? ¿No estás deseando verme borrar esas fotos tú misma?».
.
.
.