Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 137
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Capítulo 137:
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Belinda retrocedió cuando Kristopher se acercó a ella. «No le hice una foto a escondidas», declaró.
¿Qué problema tenía Cathy?
Belinda no podía quitarse de la cabeza la sensación de que relacionarse con Cathy solo le traía mala suerte. ¿Por qué iba a hacerle una foto a Cathy a propósito y dejarla en su teléfono?
«Pero yo la vi…», murmuró Cathy, apoyándose en la cama y secándose las lágrimas en silencio.
«Señorita Nelson, sé que hoy le he hecho mucho daño, y no era mi intención… No había necesidad de que se disculpara y luego me hiciera una foto poco favorecedora a escondidas… Mi carrera acaba de despegar y no puedo permitir que algo así la destruya».
Kristopher frunció el ceño profundamente. «Borra la foto».
Belinda miró por encima del hombro de Kristopher y observó el rostro bañado en lágrimas de Cathy.
Su dolor parecía sincero, sus palabras casi convincentes.
Si Belinda no hubiera sido la agraviada, quizá se habría creído la actuación de Cathy.
Ahora entendía por qué Kristopher confiaba tanto en ella.
Belinda respiró hondo y clavó la mirada en los ojos de Cathy. —Cathy, no me obligues —le advirtió con severidad.
—Señorita Nelson, por favor…
Cathy apartó la mirada y lloró. —Por favor, borra esa foto, ¿de acuerdo?
La frustración de Belinda aumentó ante la respuesta de Cathy.
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Entrecerró los ojos. —Cathy, he sido más que paciente contigo. ¡No pongas a prueba mi paciencia!
—¡Tú eres la que está cruzando la línea!
La voz de Cathy se quebró al hablar, y las lágrimas se mezclaron con sus palabras. —Te has equivocado completamente sobre Kristopher y yo, y ahora estás intentando arruinar mi carrera…
Belinda sintió que perdía la cordura.
¿Estaba Cathy delirando?
Aún no había hecho nada, pero Cathy ya la estaba acusando de juego sucio, ¡tergiversando la verdad!
En su ira, Belinda inhaló bruscamente y sacó el teléfono del bolsillo. «¡Tú te lo has buscado, Cathy!».
Si Cathy iba a provocarla tanto, ella no se iba a contener. Era hora de que Kristopher viera la verdadera cara de Cathy.
Pero cuando Belinda sacó el teléfono, una mano masculina lo agarró rápidamente.
Belinda se quedó paralizada, dándose cuenta de lo que estaba pasando.
¡Todo era una trampa!
Cathy había montado toda esta situación solo para coger su teléfono y borrar la grabación mientras tenía la oportunidad.
Y Belinda, engañada por las palabras de Cathy, había caído estúpidamente en su trampa.
Mientras pensaba en la situación, una mezcla de arrepentimiento y rabia se apoderó del corazón de Belinda. Furiosa, intentó arrebatarle el teléfono a Kristopher. —¡No le hice ninguna foto a escondidas! ¡Devuélveme mi teléfono!
La diferencia de altura entre ellos suponía un reto importante.
Aunque saltara, Belinda no podía alcanzar el teléfono que Kristopher sostenía en alto.
Él la esquivó hábilmente mientras introducía una secuencia de números en el teléfono.
Desde que Kristopher tenía memoria, la contraseña del teléfono de Belinda era su fecha de cumpleaños.
Pero cuando tecleó el último dígito, el teléfono no se desbloqueó. En su lugar, apareció un mensaje: «Contraseña incorrecta, inténtalo de nuevo».
Kristopher se detuvo y su expresión cambió a sorpresa mientras miraba a Belinda. «¿Has cambiado la contraseña?».
«Sí».
Belinda fijó la mirada en Cathy y volvió a estirar el brazo hacia Kristopher. «Devuélvemelo. ¡Lo desbloquearé yo misma y te enseñaré la foto que he hecho!».
Pero Kristopher no estaba convencido.
Siguió esquivando sus intentos de recuperar el teléfono, frunciendo el ceño con recelo. «Solo dime la nueva contraseña y yo mismo borraré la foto».
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