Una segunda oportunidad con el CEO tras el divorcio - Capítulo 1008
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Capítulo 1008:
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La sesión de hipnosis del día anterior había sido apresurada, por lo que solo se le había implantado una orden: Madisyn adoraba a Farley y haría cualquier cosa por él.
Hasta que sus recuerdos pudieran modificarse por completo, Farley se vio obligado a protegerla y ocultar su pérdida de memoria a todo el mundo.
Ahora, Madisyn era totalmente sumisa con Farley. Aceptaba como verdad todo lo que él le decía.
Con un suave recordatorio de Farley, Madisyn le dedicó a Belinda una sonrisa reservada. —Oh, Hattie. Estoy bien, de verdad. No te preocupes por mí.
A pesar de sus esfuerzos, Madisyn no conseguía recordar nada de aquella mujer llamada Hattie.
Su mente seguía siendo un vacío.
Belinda miró a Madisyn con expresión de incredulidad.
En busca de apoyo, Belinda miró a Mathew, que estaba sentado en silencio en el asiento trasero del coche. —Señor Sampson, algo le pasa a Madisyn.
¿Por qué le hablaba Madisyn con una mirada tan fría y un tono tan distante?
—Ha vuelto con su prometido y ha dejado de fingir. Ya no nos considera sus amigos —explicó Mathew, y luego subió la ventanilla con frialdad.
Cuando la ventanilla se cerró, aislándolos del exterior, Mathew se recostó, agotado. —Conduce —ordenó con cansancio.
Belinda se quedó paralizada, viendo cómo el coche de Mathew se alejaba, con la mente nublada por la confusión. ¿De qué estaba hablando?
¿Desde cuándo Madisyn tenía un prometido?
—Señorita Cox.
Una voz suave interrumpió sus pensamientos. Se volvió y vio a un hombre alto que se acercaba con una sonrisa cortés. —Soy Farley Evans, el prometido de Madisyn —se presentó, extendiéndole la mano.
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Belinda parpadeó, saliendo de su aturdimiento. Su mirada se volvió fría, recorriendo al hombre que tenía delante. —¿Prometido? ¿Desde cuándo Madisyn tiene prometido y yo no lo sabía? ¿De dónde ha salido este hombre?
—Madisyn y yo empezamos a salir hace cinco años. Ambos estudiábamos en Ecuapia en aquella época.
Farley siguió sonriendo a pesar de la frialdad de la mirada de ella. —Señorita Cox, solo la conoce desde hace unos seis meses. Es normal que no me conozca. Madisyn no suele compartir su vida personal con la gente, a menos que sea muy cercana.
Belinda frunció aún más el ceño.
Estaba claro que este hombre no tenía ni idea de quién era ella en realidad. Pensaba que era solo Hattie, de la familia Cox de Bropulia, alguien secundario en la vida de Madisyn.
Pero si realmente era el prometido de Madisyn, alguien con una relación íntima con ella, ¿cómo era posible que no supiera quién era Hattie en realidad?
Además, Belinda conocía a Madisyn desde que había regresado de estudiar en el extranjero. Ni una sola vez había mencionado ningún compromiso.
De hecho, se había quejado de que su escuela estaba llena de chicas y de que no había ningún chico decente.
¿Y ahora este hombre decía ser su prometido?
Farley tampoco parecía encajar con el tipo de hombre que le gustaba a Madisyn. No era feo, pero parecía demasiado frágil, demasiado… insustancial.
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