Un Regreso Inesperado: Rencores del pasado - Capítulo 145
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 145:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Sergio parece darse cuenta de mi angustia y se acerca a mí. Me da una palmada en el hombro y me abraza. En circunstancias normales, le habría mirado con furia y lo habría empujado. Pero ahora mismo, necesito un maldito respiro.
—Lo sé, tío. Lo sé —murmura.
A veces olvido que él pasó por lo mismo que yo. Estaba allí cuando Isabella nos lo contó. Todos estábamos allí y nos quedamos en silencio. Estábamos en estado de shock, en un puto estado de shock total, de que un hermano pudiera hacerle eso a su hermana.
Shawn se acerca por detrás de mí y nos da una palmada en la espalda a Sergio y a mí. Nos recomponemos y miramos a Kayla. Es demasiado joven para estar pasando por esto.
«¿Por qué acudió a ti?», pregunta Shawn.
«Quería advertirme», tartamudea ella.
«¿Sobre qué?», insisto.
«Sobre ti. Ramos me dijo que me atraparían», explica.
«Y que me harías preguntas sobre él. Me dijo que si te contaba algo, me mataría. Y cuando le dije que se fuera de mi casa, fue entonces cuando… se impuso». Kayla se detiene, incapaz de continuar.
«¿Sabes adónde fue?».
«No, p-pero sé que está en esta ciudad la próxima semana, y luego se va del país por un tiempo».
—¿Cómo lo sabes? —Shawn arquea una ceja.
—Lo oí hablar con mi hermano. Son mejores amigos.
Miro a Marco.
—¿Nombre del hermano?
—Kevin Bakers —responde Marco.
—¿Y por qué coño no pudimos atraparlo? —escueto.
—No estaba allí. Creemos que se fue con Ramos.
Suspiro.
Joder.
«Cortad sus cuerdas y dejadla ir», ordeno, dándome la vuelta para salir. Todos nos vamos en silencio.
«Shawn, tenemos que encontrar a Ramos esta semana, o volveremos a estar en un callejón sin salida», afirmo.
«Roman ha estado trabajando en ello. Ramos es un tipo muy inteligente. Ha estado usando teléfonos desechables, y seguimos perdiendo su ubicación», explica Shawn.
«Sí, pero tenemos que encontrarlo lo antes posible. Si sale del país, no sabremos dónde está exactamente. Será mucho más difícil», añade Sergio.
Llegamos a mi coche y nos metemos dentro. Cuando estoy a punto de dar marcha atrás, mi teléfono empieza a sonar. Miro hacia abajo y veo el nombre de Marco. Resoplo de fastidio y contesto la llamada.
«¿Sí, Marco?».
Mi teléfono se conecta al Bluetooth del coche, para que Shawn y Sergio también puedan oírlo.
«Jefe, solo quería recordarle el trato que está firmando con los estadounidenses», afirma.
«¿Algo más?», pregunto.
«Vienen aquí mañana para finalizar el último paso del trato. ¿Dónde quiere reunirse con ellos?».
Miro a Shawn y Sergio en busca de sugerencias.
«¿En uno de tus clubs?», sugiere Shawn.
«En el Mile High Club», digo.
«A las 10:00 p. m.».
«Sí, jefe», responde Marco con firmeza antes de colgar.
Suspiro y me recuesto en el asiento.
«¿Estás bien?», pregunta Shawn.
«Estoy jodidamente cansado», admito.
«Esta situación con Ramos… Quiero que se acabe. Quiero encontrarle. Quiero que nos diga qué diablos quiere Igor Ivanov para poder arreglar este lío». Me paso una mano por el pelo con frustración.
«Se acabará pronto», me asegura Sergio.
.
.
.