Un Regreso Inesperado: Rencores del pasado - Capítulo 118
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 118:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
—¿Se lo has contado a tu padre? —pregunta Aaron de nuevo.
«No. Lo más probable es que intente defender a Ramos si pasa algo», responde Theo, con la voz llena de frustración.
¿Por qué iba Fernando a defender a Ramos?
Aaron asiente, comprendiendo.
«Espero que esto quede entre nosotros, Aaron», dice Theo, con un tono amenazante en la voz.
«No tienes que preocuparte, Theo. Os veré a los dos más tarde», dice Aaron antes de alejarse.
—¿De qué iba eso? —le pregunto a Theo, con curiosidad en la voz.
—Nada de lo que tengas que preocuparte, Sia.
Resoplo, sabiendo que no debo presionarlo más.
—¿Puedo ir al bar? Sandra y Bella están ahí —le pregunto.
—Mhm. —Murmura en respuesta, pero antes de que pueda dar otro paso, me tira hacia atrás.
—¿Te vas a portar bien? —me pregunta en voz baja.
«Sí, cariño», le digo en tono de broma.
«Cállate», gruñe.
«Lo digo en serio, Sia».
«Me comportaré», le aseguro, tratando de reprimir una sonrisa.
«Comportarse también significa no emborracharse, ¿vale?», murmura, acercándose aún más a mí.
Su aliento roza mi mejilla y respiro hondo, sintiendo el calor de su proximidad. Me da un pequeño beso en la mejilla y, por un momento, mi corazón se detiene.
Esa pequeña acción me produce escalofríos.
De los buenos.
Puedo sentir las miradas sobre nosotros desde el rabillo del ojo y sé que la gente está observando.
«¿Me entiendes?», pregunta con la voz un poco más firme esta vez.
—Sí, Theo. No me emborracharé y me comportaré. Ahora, por favor, suéltame; la gente está mirando —murmuro.
—Afortunadamente, pueden bajar la mirada si les molesta tanto que un marido y una mujer hablen —dice, soltándome.
Theo me lanza una última mirada acusadora, diciéndome en silencio que siga sus reglas.
Me acerco a Sandra e Isabella, que me están sonriendo.
—Un beso en la mejilla, ¿eh? —se burla Sandra.
—Cállate —gimo.
—Esto otra vez no, por favor.
—¡Vale! —dice Isabella.
—¿Chupitos?
—Sí…
—No —interrumpe una voz grave a mis espaldas. Ah, joder.
Me doy la vuelta y me encuentro con la dura mirada de Theo.
Me agarra del brazo y me acerca.
—¿Qué te acabo de decir, Elisia?
—Theo —gimo, sabiendo ya que esta conversación está lejos de terminar.
—Solo iba a beber uno —explico.
—¿Ah, sí? —responde, con tono escéptico.
—Sí —murmuro inocentemente.
No parece creérselo. La forma en que me mira ahora mismo deja claro que está cabreado.
—Por favor, cariño —susurro en su oído, lo suficientemente alto como para que me oiga.
Su agarre alrededor de mi brazo se afloja ligeramente, y sé que lo tengo. La forma en que reaccionó cuando lo llamé «cariño» antes en nuestro dormitorio fue fenomenal. Ahora conozco su punto débil. Él gime.
«Uno. Eso es todo». Suspira antes de soltarme.
«Azotado», murmura Isabella cuando él se da la vuelta.
.
.
.