Un Destino Sellado por la Mafia - Capítulo 5
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 5:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Habían pasado cuatro días desde que supe que Gad había descubierto la traición de Marcus. Estaba en mi oficina cuando la puerta se abrió de golpe. Marcus entró tambaleándose, magullado y sangrando, con el rostro desencajado por el dolor y la desesperación. Cayó de rodillas delante de mí, sosteniendo una gran suma de dinero en efectivo.
—Victor —jadeó Marcus, con la voz ahogada por el miedo—. Gad está furioso. Quiere que le devuelvas a Elena. Por favor, te daré el dinero. Solo devuélvela.
Miré a Marcus con expresión fría. —¿Creías que podías venderla y marcharte? Gad está furioso. ¿Por qué iba a devolvértela? Esto es un negocio, Marcus. Ya no hay vuelta atrás.
Los ojos de Marcus estaban desorbitados por el pánico. —¡Por favor! Te lo suplico. Lo va a destruir todo. Coge el dinero y déjame arreglar esto.
Me recosté en la silla y estudié a Marcus. «Gad no se conformará solo con dinero. Quiere venganza. Ya he visto señales de ello».
Dos días después de la desesperada súplica de Marcus, mis peores temores se confirmaron. Tres de mis envíos de droga fueron secuestrados. Esos envíos valían miles de millones y la pérdida fue devastadora.
El MV Dhone vibró con un mensaje de Gad: «Solo estoy empezando».
La furia y la frustración hervían dentro de mí. Gad había jugado bien sus cartas. Tenía que actuar con rapidez. El único hilo del que podía tirar era Elena. Puede que estuviera más involucrada en esto de lo que había previsto.
Encontré a Elena en el jardín, sentada en un banco y perdida en sus pensamientos. Su actitud había cambiado en los últimos días; parecía más resignada, pero aún desafiante. Me acerqué a ella, tratando de controlar mi ira.
—Elena —dije con tono seco—. Necesito saber si tienes alguna relación con Gad. ¿Hay algo que no me estás contando?
Ella me miró, con los ojos llenos de una mezcla de rebeldía y tristeza. —Lo conozco —dijo en voz baja—. Y lo amo. Aunque él no me ha dicho lo que siente, estoy dispuesta a decir que sí si me lo pide.
Sus palabras me golpearon como un puñetazo. Había dado por sentado que los sentimientos de Gad eran unilaterales o irrelevantes, pero la confesión de Elena revelaba una conexión más profunda. Su amor por Gad era genuino y era claramente una vulnerabilidad que no había tenido en cuenta.
Encuentra más en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒ𝒶𝓷.c○𝓂 de acceso rápido
Luché por mantener la compostura. «¿Lo amas? ¿Por qué no me lo dijiste antes, para que pudiera haber jugado bien mis cartas?».
La mirada de Elena era firme, aunque su voz temblaba ligeramente. «Ahora ya lo sabes».
Respiré hondo, tratando de recuperar el control de la situación. «Lo que Gad quiere ahora eres tú, y me aseguraré de que no te consiga».
Elena sonrió. «No lo harás. Y aunque lo intentes, mi corazón nunca te pertenecerá», dijo, y se levantó para marcharse.
Cuando me giré para irme también, no pude evitar la sensación de que la implicación de Elena había complicado aún más la situación. La venganza de Gad ahora era personal, y mis planes tenían que adaptarse rápidamente. El juego había cambiado y yo tenía que ir un paso por delante para asegurar mi posición y proteger lo que tanto me había costado construir.
Punto de vista de Gad
.
.
.