Un Destino Sellado por la Mafia - Capítulo 273
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 273:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
La lógica de Dios era un comodín, y no iba a dejar que destruyera todo lo que había construido.
Apenas podía pensar con claridad cuando mi teléfono volvió a sonar. Respondí rápidamente, temiendo lo que iba a oír.
«Victor, tenemos otro problema», dijo la voz al otro lado, con tono apresurado.
«¿Qué pasa ahora?», pregunté, perdiendo la paciencia.
«Siete de tus almacenes secretos, Víctor, han sido reducidos a cenizas. Todos ellos. Llenos de producto».
Se me revolvió el estómago. ¿Siete almacenes? Destruidos. Eso era más que un golpe para mi negocio; era un ataque en toda regla.
«¿Quién ha sido?».
«Aún no lo sabemos, pero está relacionado, Víctor. El momento es demasiado perfecto».
Golpeé la mesa con el puño, sintiendo cómo la ira crecía dentro de mí.
«No me importa quién lo haya hecho. Encontradlos. Y aseguraos de que se arrepientan».
«Estamos en ello, Víctor. Llegaremos hasta el fondo».
Colgué el teléfono, con la mente dando vueltas a las implicaciones. La Lógica de Dios me había declarado la guerra y ahora todo estaba en juego. La pérdida de los envíos era una cosa. El incendio de mis almacenes era otra. Pero esto ya no era solo un asunto de negocios.
Era algo personal.
God’s Logic había cometido un grave error.
No podía dejarlo pasar. La guerra acababa de empezar y no iba a dar marcha atrás.
𝕔𝕠𝕟𝕥𝕖𝕟𝕚𝕕𝕠 𝕔𝕠𝕡𝕚𝕒𝕕𝕠 𝕕𝕖 ɴσνє𝓁𝓪𝓈𝟜ƒ𝒶𝓃.𝒸ø𝗺
Cogí mi abrigo, con mis pensamientos aún en Elena. Ella era la razón de todo esto. Y si God’s Logic pensaba que podía doblegarme yendo a por ella, estaba equivocado.
Volví a marcar el número de Mariam. Cuando respondió, no perdí el tiempo con cortesías.
—Mariam, es peor. Siete almacenes. Destruidos. Todos.
Pude notar la preocupación en su voz.
—Esto se está agravando rápidamente. Tienes que tener cuidado, Víctor.
—No voy a dar marcha atrás —dije con tono frío—. Se arrepentirá de haberse metido conmigo. Le haré pagar por cada almacén, por cada envío, por cada hombre que ha matado.
La voz de Mariam se suavizó.
«Victor, tienes que concentrarte. No se trata solo de venganza. Si quieres ganar, tienes que pensar con cuidado».
—Ahora mismo no me importa pensar —espeté—. Quiero acción. Y quiero encontrar la Lógica de Dios.
«Haré lo que pueda. Pero no hagas nada imprudente», me advirtió.
«No lo haré. Pero no voy a dejar que me lo quite todo».
Colgué el teléfono, con la mente ya pensando en mis próximos pasos.
.
.
.