Un Destino Sellado por la Mafia - Capítulo 272
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 272:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«Sí, Víctor. Eso es lo que escribió».
Cerré los ojos un momento, tratando de calmar la tormenta de pensamientos que se agolpaban en mi cabeza. El nombre, el caos… Ahora todo tenía sentido.
Sabía por qué lo estaba haciendo.
La Lógica de Dios no era solo un nombre.
Era una persona que tenía una razón para todo.
Era algo personal.
Ahora estaba claro. Me estaba enviando un mensaje. Me había estado observando, observando cada uno de mis movimientos. Y estaba enfadado. Tenía una razón para secuestrar el envío, para desperdiciar todo el producto. Quería enviarme una advertencia clara, porque me había negado a renunciar a Elena.
Exhalé, tratando de calmarme. No se trataba solo de un secuestro. Era un desafío. La Lógica de Dios había cruzado una línea y no iba a dejar que se saliera con la suya.
Busqué mi teléfono y marqué el número de la única persona que sabía que podía ayudarme a llegar al fondo de esto: Mariam. La línea sonó varias veces antes de que ella contestara, con su voz tranquila pero aguda, como siempre.
—¿Victor? ¿Qué pasa?
—Mariam, escúchame con atención —dije en voz baja—. Han secuestrado veintitrés de mis envíos. No se han llevado nada, pero han matado a todos los guardias y han destrozado todo el producto.
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea.
«¿Cómo que han destrozado el producto?».
«Lo han vertido todo al suelo. Y en cada lugar han escrito algo… «La lógica de Dios»».
Pude notar cómo la tensión aumentaba en su voz.
¿Ya leíste esto? Solo en ɴσνєʟα𝓼4ƒαɴ.𝒸ø𝗺 para ti
«¿Crees que es él?».
Respiré hondo.
«Sé que es él. Lo doloroso es que nunca lo he visto en persona. Pero esto… esto es una declaración. Lo está haciendo porque no voy a entregarle a Elena».
Mariam hizo una pausa.
«Esto es malo, Víctor. Ya sabes cómo es ese hombre. Si está haciendo esto, no va a parar hasta conseguir lo que quiere».
Apreté los dientes.
«No dejaré que se la lleve. Lo encontraré antes de que él nos encuentre a nosotros».
—Lo investigaré, Víctor. Te conseguiré información sobre su paradero. Pero tienes que tener cuidado. Es peligroso y no te tiene miedo.
—No le tengo miedo —dije con voz dura—. Pero ahora esto es personal. Voy a hacerle pagar por esto.
«Te mantendré informado. Cuídate».
—Haz lo que tengas que hacer —dije, y colgué.
Me levanté de la mesa, con la mente a mil por hora. La mañana había empezado tranquila, pero ahora me encontraba en medio de una tormenta.
.
.
.