Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 940
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Capítulo 940:
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Aún estaba absorta en sus pensamientos cuando una repentina palmada en el hombro la sobresaltó. Por la firme presión, supo que se trataba de un hombre.
Al darse la vuelta, se quedó paralizada. Quentin estaba justo detrás de ella, sonriendo cálidamente. Quentin, el mejor de su clase en empresariales en una universidad de élite en el extranjero, heredero del imperio Hudson. Pero ¿por qué demonios estaba allí, en una facultad de medicina? Las preguntas se agolpaban en su mente, pero las contuvo. Para Quentin, ella era Lilah, una desconocida.
Y, sin embargo, sus ojos contaban una historia diferente. Transmitían una calidez y familiaridad que la inquietaban.
Entonces, rompiendo el silencio, Quentin habló. —Elliana —dijo en voz baja—, qué coincidencia.
Elliana se tensó. Su voz era tan cálida como recordaba, sus rasgos tan refinados y gentiles. Pero la había llamado Elliana. ¿Cómo podía saberlo? Sus pensamientos daban vueltas. Repitió cada recuerdo que tenía de él. No había forma de que pudiera relacionar a Lilah con su verdadero yo. ¿Cómo había descubierto su disfraz?
Como si sintiera su confusión, extendió la mano y le revolvió ligeramente el pelo. «Has crecido», dijo con una sonrisa. «Pero tu cara, tus pequeñas expresiones… Son las mismas que cuando eras pequeña. Supe que eras tú en cuanto te vi».
¿Cuando era pequeña? Llevaba interpretando el papel de una niña fea e inútil desde los cinco años. Si Quentin la recordaba de cuando era pequeña, tenía que estar hablando de la época anterior a eso.
Antes de cumplir los cinco años, su madre había arreglado su compromiso con Raylan. Por eso, había visitado la finca de los Hudson con bastante frecuencia. Y sí, había visto a Quentin allí muchas veces. Quentin tenía la misma edad que Raylan, y los tres pasaron gran parte de su infancia juntos. Lo recordaba claramente: Quentin siempre había sido su escudo, interviniendo cada vez que alguien intentaba meterse con ella.
Sus caminos se separaron cuando comenzó su farsa. Ella se escondió en el patio trasero de la casa de los Jones, mientras que Quentin se fue al extranjero a estudiar, y se distanciaron. Pasaron los años. La infancia se desvaneció. Su compromiso con Raylan se había derrumbado. Quentin había desaparecido de su memoria hacía tiempo. Sin embargo, allí estaba Quentin, mostrándole la misma amabilidad que le había mostrado antes.
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Por un momento, pensó en poner fin al engaño. Incluso se permitió una leve sonrisa, dispuesta a admitir la verdad.
Pero antes de que pudiera hablar, Quentin se inclinó hacia ella, rozándole la oreja con el aliento. «La verdad es que siempre lo he sabido. Todo ese numerito de ser inútil y fea… Lo vi venir. He guardado tu secreto todo este tiempo», le susurró.
Se apartó, con una sonrisa brillante e inquebrantable.
La sonrisa de Elliana se desvaneció mientras le escudriñaba el rostro. Su corazón se aceleró. Nunca había imaginado que Quentin pudiera ser tan perspicaz. Había guardado su secreto todos estos años sin decir una palabra. La revelación la impactó profundamente. El chico amable que recordaba no era el hombre que tenía ahora delante. Si sabía lo de su actuación, ¿qué más podría saber?
Un escalofrío le recorrió la espalda. Detrás de esa amabilidad pulida, podía esconderse un hombre mucho más peligroso.
Él llevaba su máscara y ella llevaría la suya. Su sonrisa volvió, tranquila y serena. «¿Cómo lo has sabido?», preguntó con ligereza, ocultando la tormenta que se desataba en su interior.
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Nota de Tac-K: Nuevo contenido listo, a disfrutar de la lectura queridas personitas. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. «૮₍ ˶•⤙•˶ ₎ა
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