Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 933
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 933:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Cuanto más consumía esta posibilidad los pensamientos de Maxine, más la invadía una excitación salvaje. Había llorado la pérdida de Rita durante décadas, pero ahora, gracias a la extraordinaria hija de Rita, la esperanza ardía en su interior, no como una brasa titilante, sino como un incendio forestal devastador. Tenía que capturar a Elliana. Tenía que reclamar a Elliana para el legado de los Griffith, sin importar el coste.
La sonrisa astuta e inquietante de Maxine le puso la piel de gallina a Katrina, pero no tuvo más remedio que arrodillarse en silencio. En presencia de Maxine, siempre se sentía tan pequeña.
—Katrina, esta es tu oportunidad de demostrar tu valía —dijo Maxine, con mirada penetrante y tono frío—. Si tienes éxito, tu lugar como heredera de la familia Griffiths estará asegurado. Pero si fracasas, no tendrás derecho a culparme por no mostrar piedad. Hizo una pausa lo suficientemente larga como para que el peso de sus palabras calara hondo. —Como cabeza de esta familia, mi deber es elegir al sucesor más merecedor. Entonces, ¿aceptarás este desafío?
El corazón de Katrina latía con fuerza en su pecho. Intentó sostener la mirada de Maxine, pero las palabras casi la ahogaron.
Comprendía lo peligroso que podía ser ese desafío: el fracaso no solo significaba la deshonra, sino que podía significar la muerte. Dar media vuelta ahora significaba renunciar a su derecho al trono en ese mismo instante. No permitiría que eso sucediera. Perder su derecho era impensable. Había esperado durante años, con el corazón puesto en convertirse en la líder de la familia Griffiths. Nunca dejaría escapar esa oportunidad, no mientras pudiera seguir luchando.
Las emociones contradictorias amenazaban con abrumar a Katrina, dejándola dividida entre el miedo al fracaso y la fuerza de su ambición.
Maxine no presionó a Katrina para que respondiera, sino que dejó que el momento se prolongara. Al fin y al cabo, un heredero de la familia Griffiths necesitaba la compostura para afrontar decisiones imposibles, no actuar por impulso.
Jules, a pesar del afecto que Maxine le había profesado desde la infancia, nunca olvidó que era adoptado. Mantuvo la cabeza gacha, consciente de su lugar en este asunto. Cuando el silencio se prolongó lo suficiente, Katrina enderezó la espalda y fijó la mirada en Maxine. —Lo haré. Acepto el reto.
Encuentra más en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒαɴ.c♡𝗺 con sorpresas diarias
Maxine mantuvo el rostro impasible, con el único cambio de una leve elevación de la ceja. «¿Lo has pensado bien?», preguntó con tono neutro.
«Sí», respondió Katrina, con voz cada vez más firme. «Siempre me dijiste que un verdadero heredero nunca se echa atrás. Me niego a ser una cobarde».
Maxine apreció esta respuesta. Una leve pizca de aprobación se reflejó en su rostro. «Bien dicho, Katrina. Tu decisión no me decepciona». Sin embargo, al instante siguiente, su voz cambió, volviéndose aguda y fría. «Debo advertirte que este desafío no es nada sencillo. Las probabilidades están en tu contra y el fracaso podría costarte la vida».
«No tengo miedo», respondió Katrina con voz firme y decidida. «Para este desafío, estoy dispuesta a arriesgarlo todo, incluso mi propia vida».
La actitud resuelta e irrevocable de Katrina volvió a complacer a Maxine.
Maxine extendió la mano y la posó sobre la cabeza de Katrina en un gesto que parecía gentil, pero que no transmitía ningún consuelo. Con la misma rapidez, su tono se volvió severo. «Katrina, tu desafío es sencillo. Elimina a Elliana».
Katrina se quedó en estado de shock. No esperaba que el desafío fuera matar a Elliana. Pero no era un desafío desalentador.
Es cierto que su intento de acabar con la vida de Elliana la otra noche había fracasado, pero eso se debía más a una mala planificación y al gran error de subestimar a Elliana. Elliana había sorprendido a todos con esa feroz demostración, pero su fracaso no se debía tanto a la fuerza de ella como a su propia arrogancia. Habían entrado sin un plan adecuado, y la aparición de Cole en el peor momento inclinó la balanza a favor de Elliana. Si no hubiera sido por eso, habrían salido victoriosos. La próxima vez sería diferente. Con suficiente gente y una estrategia real, terminar el trabajo no sería difícil.
.
.
.