Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 922
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 922:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Henry la miró a los ojos y le explicó con delicadeza: «Si alguna vez tengo un hijo, necesito estar ahí para él. Sea niño o niña, se merece un padre que esté presente. No puedo aceptar la forma de actuar de tu familia».
Al final, dijo en voz baja: «Max, quizá sea hora de que nos dejemos marchar el uno al otro».
En la mente de Max, dejar ir siempre había sido equivalente a romper para siempre. No podía aceptar ese tipo de final. La idea la destrozaba. Henry se había negado a volver con ella o a darle un hijo. Su historia estaba llegando a su fin.
«Te doy mi palabra, Max. Los secretos de tu familia estarán a salvo conmigo. Nunca diré nada a nadie», había dicho Henry con voz firme.
Sin embargo, a Max le preocupaba otra cuestión. «¿Y tu futuro? ¿Acabarás casándote con otra persona? ¿Tendrás un hijo con otra mujer?».
Henry no respondió de inmediato. Como único hijo varón de sus padres, no podía librarse de la responsabilidad de continuar con el linaje familiar. Aunque su corazón quisiera permanecer fiel a Max, su familia nunca lo permitiría.
Pasó un largo silencio antes de que finalmente hablara. «¿Y tú? ¿Buscarás a otro hombre si no puedo darte una hija?».
Ella no dudó. «Sí. Si tú no puedes ayudarme a tener una hija, tendré que encontrar a alguien que pueda. Tengo que cumplir con mi responsabilidad para con mi familia».
Esa respuesta le había golpeado con fuerza. Henry exhaló un largo y cansado suspiro. «Yo respondo lo mismo», admitió en voz baja.
La conversación había llegado a un claro punto muerto, sin que ninguno de los dos pudiera dar al otro lo que necesitaba.
Si Max no hubiera decidido no acabar con la vida de Henry, no había duda de que él volvería con su familia, se casaría con alguien elegido para él y haría exactamente lo que se esperaba de él: formar una familia y continuar con el linaje. Lo mismo ocurría con ella. Tarde o temprano, Max tendría que encontrar a otro hombre con el que tener un hijo.
Disponible ya en ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.ç𝓸m para fans reales
Max nunca había imaginado que el hombre al que había amado con todo su corazón pudiera resultar tan despiadado y frío. El impulso de matarlo había surgido cuando el dolor y la furia se habían enfrentado, pero no había podido llevarlo a cabo. La ira había prevalecido y, en su lugar, se había marchado.
En la puerta, Max se volvió para lanzarle una última advertencia. «No olvides lo que juraste. Si alguna vez revelas los secretos de mi familia, iré a por ti».
Y así terminó su relación. Sin más, Max desapareció de la vida de Henry. Era como si nunca hubiera existido.
Henry había hecho exactamente lo que su familia esperaba de él a su regreso. Se casó con una mujer de una familia de igual rango, según lo dispuesto por su familia, y crió una casa llena de hijos. Era todo lo que un marido debía ser: considerado, amable, siempre atento. Pero su corazón nunca perteneció realmente a su esposa. Nadie sabía que cada muestra de afecto no era más que una máscara para ocultar el amor que había perdido. Nunca había dejado de amar a Max.
Así terminaba el libro. La forma en que se desarrollaba la historia de amor de Max y Henry, con cada palabra tierna y cada momento sincero, dejaba una impresión duradera. Cada línea de su relato pintaba un cuadro de lo mucho que se querían y lo mucho que les dolió separarse.
Contada a través de los ojos de Henry, la novela cerró la puerta a Max tras su despedida. La narración se volvió introspectiva, centrándose casi por completo en sus recuerdos y pensamientos.
Tras separarse de Max, asumió su papel familiar e hizo todo lo que se esperaba de él, pero la felicidad nunca volvió a él. El arrepentimiento y la nostalgia se convirtieron en sus compañeros constantes.
.
.
.