Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 918
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Capítulo 918:
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Cuando volvió a abrir los ojos, la luz de la mañana ya había inundado la habitación. Un rápido vistazo a su teléfono le indicó que ya eran las siete en punto. Elliana se levantó de un salto, abrió la puerta y salió al pasillo.
Justo fuera la esperaba el mayordomo, que la saludó con una cálida sonrisa. «Señorita Marsh…
Buenos días. El señor Gatlin Henderson, la señora Henderson y el señor Charles Henderson la esperan abajo».
Elliana asintió cortésmente antes de bajar las escaleras. En la sala de estar, Gatlin y Charles parecían agotados, como si acabaran de regresar. En cuanto apareció Elliana, Gatlin le ofreció un libro con gran respeto. «Señorita Marsh, aquí tiene el libro».
Elliana tomó el libro con entusiasmo y de inmediato comenzó a hojear sus páginas.
El relato de Charles resultó ser cierto: el libro no era más que un libro de cuentos. Sus páginas narraban una historia de amor ambientada en Delta, entrelazando la historia de una chica llamada Max Bates y un chico llamado Henry Simpson.
Más allá de su romance, el libro revelaba extrañas anécdotas y secretos ocultos de Delta, cosas que iban mucho más allá de lo que la gente común podía imaginar.
Con una velocidad asombrosa, Elliana absorbió cada palabra y, en media hora, había terminado todo el libro. Cerró la tapa y concluyó en silencio para sí misma que la historia de Max y Henry era una tragedia.
Max aparecía en la historia como una misteriosa chica de Delta, de una belleza llamativa, dotada para las artes marciales, versada en medicina y rebosante de energía.
Henry era guapo, rico, refinado y de una curiosidad infinita, un hombre amante de los viajes. No era de Delta en absoluto, pero mientras estudiaba en el extranjero, un amigo lo había llevado allí sin saberlo.
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Delta era un misterio para Henry, una tierra de la que nunca había oído hablar, y su cultura y costumbres, tan diferentes del mundo moderno, le abrieron un horizonte completamente nuevo.
Con entusiasmo, recorrió la tierra, anotando cada descubrimiento curioso y maravilloso en su cuaderno. Encantado por las maravillas de Delta, no se dio cuenta de los peligros ocultos que acechaban bajo su belleza.
Una mañana, abrió los ojos y se encontró rodeado de matones, cuyas intenciones eran todo menos amables. Sin ninguna disputa ni justificación, lo eligieron como presa para su diversión. En un lugar sin ley ni protección, no había nadie que los detuviera.
Delta era una tierra gobernada por facciones, donde la fuerza dictaba la supervivencia y la debilidad significaba un sufrimiento seguro.
Henry aprendió esta brutal verdad cuando se encontró atado y inmovilizado en la mesa de un carnicero, convencido de que había llegado su fin.
En el momento en que Henry se preparaba para la matanza, Max irrumpió en escena. Ella sola acabó con los matones y lo rescató de las fauces de la muerte. Sin embargo, su rescate tuvo un precio: él debía servirla o volvería a caer en manos de aquellos hombres. Sin otra opción, aceptó sus condiciones. A partir de ese día, Henry siguió a Max allá donde la llevaran sus viajes por Delta. Con el tiempo, la compañía dio paso al afecto, y el afecto se convirtió en amor.
Para Max, los modales refinados y el encanto irresistible de Henry contrastaban con los hombres brutales de Delta, cuyas vidas giraban en torno a la violencia.
Para Henry, Max parecía un ángel encarnado, capaz de todo. Antes de conocerla, sus andanzas por Delta habían sido torpes y sin rumbo, como tropezar en la oscuridad. Sin embargo, con Max a su lado, la tierra desveló sus secretos y sus maravillas se revelaron. Más allá de eso, sus innumerables secretos, envueltos en misterio, no hicieron más que profundizar su fascinación por ella.
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