Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 886
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Capítulo 886:
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Taylor desvió la mirada hacia la mansión y esbozó una sonrisa aduladora. «Jason me dijo antes que no le gusta Lilah. No ha venido aquí para perseguirla…».
«¿Así que crees que eso te da una oportunidad ahora, eh?», replicó Lance, lanzando una mirada burlona a su hermano. «Será mejor que abandones esa idea. Aunque Jason no haya venido aquí para conquistar a Lilah, sigues sin tener ninguna oportunidad».
Taylor estuvo a punto de preguntar por qué todos decían lo mismo, pero Lance añadió con una mirada fría: «Ya basta. Deja de perseguir cosas que nunca tendrás. ¡Vete a casa y deja de hacer el ridículo!».
Taylor se quedó en silencio, sin atreverse a discutir más. Lance siempre había sido el hermano mayor que lo mantenía bajo control. Cada vez que Lance le ordenaba que se fuera a casa, él solo podía obedecer. Su fama como estrella no significaba nada frente a la autoridad de Lance.
Poco después, Taylor siguió a Lance y Jeff mientras se marchaban juntos.
Por fin, la calma volvió a la entrada de Rosewood Villa.
Al ver la escena a través de las cámaras de seguridad, Elliana finalmente soltó un suspiro de alivio.
Para entonces, el sol había desaparecido por completo y la oscuridad comenzaba a instalarse.
Elliana pensó en darse un relajante baño caliente antes de acomodarse para pasar una noche de sueño reparador. Al día siguiente, tenía intención de visitar la Universidad Médica de Ublento para investigar cuestiones relacionadas con el Código Médico.
Justo en ese momento, su teléfono volvió a sonar. Cuando miró su teléfono, vio que la llamada era de Rubén.
Después de dudar un momento, Elliana contestó y lo saludó con respeto: «Ruben».
El tono de Rubén se animó con entusiasmo. «Elliana, ¿eres tú de verdad? ¡No has cambiado de número y aún puedo localizarte en el antiguo!». Al recordar la vez que Rubén envió guardaespaldas de confianza para protegerla en Cadena, sonrió con gratitud. «Rubén, ¿hay algo por lo que me llamas?».
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La respuesta de Rubén fue urgente: «Sí, claro, ¡tengo muchas cosas que contarte! Elliana, ¿me guardas rencor por lo que pasó? Te dije que te retiraras en ese momento para no empeorar las cosas con la familia Campbell y, más tarde, no pude protegerte. Ese fracaso te llevó a enfrentarte a esas dificultades».
Sus palabras se desvanecieron en un largo suspiro de arrepentimiento, cargado del peso de su remordimiento.
Aunque sus decisiones la habían puesto en una situación difícil, Elliana aún podía entender el razonamiento detrás de ellas. Como matriarca de la familia Evans, Ruben estaba obligado a protegerlos a todos, y ella sabía que sus decisiones provenían de ese sentido del deber.
Elliana soltó una leve risa antes de responder: «Ruben, no culpo a nadie».
Oírla decir eso solo hizo que el remordimiento de Ruben fuera aún mayor, y soltó otro profundo suspiro.
Una vez que terminó de suspirar, la voz de Ruben cambió a una de repentina emoción. «Elliana, ¡tengo buenas noticias! Cole y Wanda rompieron su compromiso. La verdad es que no era la familia Campbell la que te tenía en el punto de mira, sino Eva y Wanda actuando en su nombre».
Elliana apretó los labios con fuerza al oír sus palabras. Aunque Eva era la hija de Rubén, él hablaba de ella como si fuera una simple desconocida.
Elliana se sintió confundida y preguntó: «Ruben, ¿qué es lo que intentas decir exactamente?».
Ruben soltó una risa ahogada. «Lo que intento decir es que a la familia Campbell no le importa en absoluto Wanda y que nunca te pondrían las cosas difíciles por ella. Las únicas personas que te persiguen son Eva y Wanda, y sus acciones no tienen nada que ver con la familia Campbell».
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