Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 838
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 838:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
La misma pregunta había atormentado los pensamientos de Elliana. Los hermanos se encontraron en un callejón sin salida y recurrieron a Arthur en busca de orientación.
Arthur continuó estudiando el brazalete, girándolo lentamente en la palma de su mano. Tras un largo silencio, habló con un análisis mesurado. «Esta pieza parece notablemente antigua, probablemente descendiente de una era perdida en la memoria. Si realmente representa un artefacto de aquellos tiempos lejanos, su propósito original estaba entretejido en su propia creación».
Elliana y Milton, ambos dotados de una inteligencia excepcional, comprendieron inmediatamente las implicaciones de la observación de Arthur y se miraron con complicidad.
«Las tradiciones antiguas a menudo dictaban que ciertos tesoros se transmitieran a las hijas en lugar de a los hijos. Aunque estas costumbres nos parecen peculiares a los modernos, tenían un significado inmenso en su época». Arthur hizo una pausa y su voz adquirió un tono pensativo. «Sospecho que el brazalete de serpiente que dejó tu madre siempre estuvo destinado a la mano de una hija, nunca a la de un hijo. Quien reclame la propiedad de esta pieza heredará una misión que ningún hombre puede cumplir».
Elliana y Milton se encontraron asintiendo con la cabeza, de acuerdo con el razonamiento de Arthur.
La atención de Milton se centró en el brazalete de serpiente masculino que descansaba en la otra mano de Elliana. «¿Qué hay de esta pieza masculina? Elliana, ¿cómo llegó a tus manos?».
«Esta…». La mirada de Elliana se posó en el brazalete masculino que tenía en la palma de la mano. La madre de Cole se lo había dejado como herencia. El brazalete estaba relacionado con los secretos de la familia Evans y con asuntos que concernían a la madre de Cole, un terreno que ella no podía pisar sin pensarlo detenidamente.
Arthur, siempre observador, captó la vacilación que se reflejó en la expresión de Elliana y le preguntó con delicadeza: «¿Hay algo que sientes que no puedes compartir con nosotros?».
Disponible ya en ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.ç𝓸𝗺 actualizado
—Sí. —La asentida de Elliana transmitía el peso de complejidades tácitas. Su mirada se posó entre Arthur y Milton, con un toque de genuino pesar—. Papá, Milton, perdónenme, pero la historia detrás de este brazalete masculino con forma de serpiente debe permanecer en secreto, al menos por ahora.
Arthur y Milton intercambiaron sonrisas comprensivas, con rostros que irradiaban calidez en lugar de decepción. No exigirían respuestas que ella no estaba preparada para dar.
Elliana se sintió aliviada por su amable aceptación. «Papá, Milton, creo que estas piezas de jade son la clave del pasado oculto de mamá. Si logramos desvelar sus misterios, quizá descubramos no solo de dónde venía, sino también adónde desapareció».
«Exactamente lo que pienso», coincidió Milton, con voz convencida.
El entusiasmo de Arthur se encendió cuando intervino: «Movilizaré todos los recursos que posee la familia Campbell para rastrear el origen de estas pulseras. Te informaré de cualquier descubrimiento en cuanto salga a la luz».
Las palabras de Arthur hicieron florecer una sonrisa de auténtico alivio en el rostro de Elliana. Su propia investigación a través de innumerables textos antiguos no había arrojado ningún resultado sobre las piezas de jade, lo que daba fe de su extraordinario origen. Parecía que ningún erudito había documentado jamás su existencia, lo que hacía que su historia fuera frustrantemente esquiva. Sus esfuerzos en solitario habían llegado a su límite, pero con su padre canalizando la considerable influencia de la familia Campbell, sus perspectivas mejoraban considerablemente.
Arthur tomó una foto del brazalete antes de devolvérselo a Elliana. «Este tesoro pasó de las manos de tu madre a las tuyas: guárdalo con tu vida».
«Lo haré, papá». Elliana guardó las pulseras con reverente cuidado.
Hoy debería haber sido un día de celebración, el regreso a casa de Elliana merecía nada menos que eso. Sin embargo, su conversación había derivado inevitablemente hacia el recuerdo de Rita, ensombreciendo lo que debería haber sido una alegría pura.
.
.
.