Su Venganza fue su Brillantez - Capítulo 816
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Capítulo 816:
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Una arruga de preocupación surcó el ceño de Milton. Se preguntó si su madre podría ser la fuerza detrás de la vida secreta de Lilah. Siempre había considerado a su madre una persona extraordinaria, perfectamente capaz de usar su talento para construir algo grande si así lo decidía. Pero durante toda su infancia, ella se había dedicado por completo a la vida familiar, apoyando a Arthur y criando a sus hijos con amor. ¿Podría haber dejado ese mundo y construido un vasto imperio empresarial en secreto después de dejar a Arthur?
Milton le dio vueltas a la idea y supo que Arthur también la estaría considerando.
Apareció un mensaje rápido de Arthur. «Milton, es posible que el poderoso conglomerado que respalda a Lilah sea tu madre. ¡Estoy deseando conocer a Lilah en persona!».
Milton respondió: «Papá, por favor, intenta mantener la calma. La traeré a casa tan pronto como pueda».
Tras terminar la conversación con Arthur, Milton entró en la residencia. Justo en ese momento, Elliana terminó de ducharse, se puso ropa limpia y salió al pasillo.
Sus caminos se cruzaron justo en la entrada y, durante unos instantes, se quedaron en silencio, examinándose mutuamente con mirada intensa.
Elliana buscó en el rostro de Milton cualquier rasgo que le recordara a su madre, mientras que Milton buscaba en sus rasgos algún parecido con su padre. Ambos encontraron más similitudes de las que esperaban.
Una idea comenzó a formarse en la mente de Elliana: Milton y su madre debían estar emparentados de alguna manera, aunque necesitaría una prueba de ADN para confirmar cuán cercanos eran. Milton, por su parte, estaba cada vez más convencido de que Lilah era su hermana. Podía sentir el innegable vínculo familiar que existía entre ellos.
A Elliana le fallaban las palabras cuando intentaba hablar, sus pensamientos nublados por la incertidumbre. No podía decir exactamente: «Me recuerdas tanto a mi madre que necesito averiguar cómo estás emparentada con ella, por eso te pido una prueba de ADN».
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Milton, emocionado, exclamó de repente: «¡Lilah, soy tu hermano!».
Elliana abrió los ojos con incredulidad. Apenas podía procesar lo que acababa de oír. ¿De verdad Milton acababa de afirmar que era su hermano?
En ese momento, Cole llegó y se detuvo a poca distancia detrás de Milton.
Al oír el anuncio de Milton, Cole se quedó paralizado, invadido por la sorpresa, pero pronto le invadió la alegría, que iluminó su rostro. ¿Era realmente cierto que Lilah era la hija desaparecida que la familia Campbell había estado buscando durante todos estos años? Si la respuesta era afirmativa, no perdería ni un segundo más: se casaría con Lilah y la llevaría a casa inmediatamente. La idea le parecía perfecta. Nadie a su alrededor tenía la más mínima idea de lo que Cole estaba pensando en ese momento.
Elliana apenas tuvo tiempo de procesar todo antes de que Milton, todavía emocionado, le agarrara la mano. —¡Lilah, soy tu hermano! Me llamo Milton Campbell. ¿Has oído hablar de mí?
La energía de Milton era contagiosa, pero Elliana no podía ignorar las alarmas que sonaban en su pecho. Le costaba creer que fuera realmente la hermana de Milton, sobre todo sin pruebas sólidas que lo demostraran.
Otra preocupación la atormentaba: si Milton era su hermano, eso significaba que Arthur era su padre, y eso podía traer problemas. Arthur había perseguido sin descanso a su madre en el pasado. ¿Podría estar ahora conspirando contra ella? Aunque Arthur no tuviera planes de hacerle daño, ella nunca podría aceptarlo como su padre. El dolor que había sufrido su madre no era algo que pudiera perdonar u olvidar.
Una avalancha de pensamientos se arremolinó en su mente y apartó la mano de Milton. Su tono se volvió frío cuando preguntó: «¿Qué te hace decir que soy tu hermana? ¿Qué pruebas tienes?».
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